Emilio González podrá tener un buen detalle con su familia. Rafael Martos podrá ver cómo los números de su libreta de ahorros cambian de color y Rafael López podrá permitirse comprar una moto para moverse con más facilidad entre los polígonos en los que trabaja a diario. Y así, hasta casi una treintena de personas de Córdoba que ayer se vieron sorprendidas por la fortuna, por ser amigos y clientes de Rafael Angel López García, cuyo teléfono no cesaba de sonar el lunes por la noche para darle las gracias por venderles el cupón premiado en el sorteo de la ONCE.

Rafael andaba ayer de polígono en polígono, como todos los días, con su paquete de cupones y su terminal de comprobación y venta. Antes había tenido tiempo de visitar a los clientes afortunados con el premio y explicaba que "llevo 16 años vendiendo cupones y es el primer premio grande que doy". Señala que ya desde el lunes por la noche empezaron a llamarlo al móvil algunos clientes para decirle que les había tocado, pero "como me llaman mucho para bromear pues no me lo creía, hasta que lo miré por internet y vi que era verdad". Entonces, su alegría fue doble porque pudo comprobar que él también se había quedado con un cupón, lo que le permitirá, explica, "comprarme una moto" y preparar algún regalo para el próximo día 14 de febrero.

Explicó que el lunes estuvo muchas horas trabajando y que casi todo lo distribuyó en los polígonos de Las Quemadas y Pedroches y consiguió vender todos los cupones del 43.079, con la satisfacción de que "está muy repartido y de que así podré vender más cupones".

En concreto, donde más ha vendido ha sido en el bar el Sitio, de Las Quemadas, donde distribuyó 15 cupones, otros cinco los vendió en la puerta de un supermercado del polígono Pedroches y los otros 10 dice que por la calle, por lo que el premio no ha podido estar más repartido.

Mientras tanto, en el bar el Sitio la familia González Muñoz, compuesta por los padres, Emilio y Charo, y tres hijos, Emilio, Alberto y Ana, que trabaja al completo en el negocio que atiende a numerosos trabajadores de Las Quemadas, compartía su alegría con uno de sus mejores clientes, Rafael Martos. Los primeros, según explicaba el cabeza de familia, son clientes de Rafael Angel desde que abrieron el asador en el año 2008 y el lunes se quedaron con dos cupones, lo que les permitirá darse alguna alegría y aliviar en algo la dura tarea que supone atender un negocio de hostelería.

Explicaban que en su bar se han repartido 525.000 euros, porque fueron 15 los cupones vendidos entre los clientes habituales y sospechan que dos de ellos han viajado hasta Murcia.

Mientras, Rafael Martos se mostraba más que contento, porque indicaba que su libreta de ahorros "estaba en líneas discontinuas y cuando he ido hoy al banco a contarle que va a cambiar la situación, la cajera se ha levantado y me ha dado un abrazo". Además, la alegría de Rafael era doble, porque aunque él es también cliente del vendedor, en esta ocasión "el cupón me lo había regalado Emilio", así que ayer, que pensaba irse a buscar espárragos, cambió de planes y se quedó en "el sitio" donde la fortuna decidió venir a visitarlo.