La ampliación que la asociación Alzheimer San Rafael está efectuando para poder contar con una residencia destinada a pacientes que se encuentran en la tercera y última fase de la enfermedad está a punto de acabar, aunque hasta el 2016 no estará listo para acoger a enfermos. "Sin que hayan abierto estas instalaciones, ya existe lista de espera, pues hay 28 peticiones para las 23 plazas previstas, que funcionarán las 24 horas", señala Ascensión Gómez, presidenta de este colectivo. Esta ampliación ha sido posible gracias básicamente a ayudas públicas de la Diputación o el Imserso, pero sobre todo contribuciones privadas recibidas por parte de Cajasol, CaixaBank, Caja Rural, Cajasur, entre otras.

Este colectivo atendió durante el pasado año a 136 pacientes, tanto en la unidad de estancia diurna como en fines de semana; informó sobre la enfermedad y recursos a 144 familias y prestó atención psicológica a 137 usuarios. Además, creció un 13% el número de socios, voluntarios y profesionales. Hoy, con motivo del día de esta enfermedad, la asociación instalará mesas informativas en distintos puntos de la ciudad. Gómez reclamó "una política de Estado frente al alzheimer, con una mayor implicación de las administraciones, que empiece desde el Ministerio de Sanidad, para que establezcan mecanismos de detección precoz de la enfermedad, se investiguen más tratamientos para esta patología y existan más recursos asistenciales para los pacientes y sus cuidadores".