Las previsiones más pesimistas sobre el futuro de las distintas cosechas de los cultivos de primavera se están confirmando tras los importantes efectos que ha ocasionado la falta de agua y las altas temperaturas en la fructificación. Si existe una gran incertidumbre por lo que pueda ocurrir con la producción de aceituna, las dudas se están despejando en las distintas cosechas que se están recogiendo o ya se han recolectado en estas semanas. La Consejería de Agricultura ha confirmado el mal año para los cereales, pero también para las leguminosas de grano, los cultivos industriales y para algunas hortícolas. Al cierre de junio, la Junta recoge un descenso de la producción de cereales en Córdoba del 24% respecto al 2014, con caídas significativas en el trigo blando (-37%), avena (-32%) o cebada (-26%). En el caso del trigo duro, que es el cereal más cultivado (52.000 hectáreas), la producción ascendía a 30 de junio a 126.880 toneladas, un 11% menos que el pasado año.

Otro herbáceo con gran implantación en la provincia, el girasol, también se ha visto muy afectado por el calor y la sequía. En Córdoba se han sembrado este año 52.620 hectáreas y la cosecha se estima en 47.109 toneladas, lo que supone una disminución del 46% tras caer el rendimiento desde 1.650 kilos por hectárea a solo 895 kilos.

Tampoco ha sido un año bueno para las leguminosas de grano, que contabilizan los mayores descensos de producción en la provincia. En el caso de los garbanzos, las 2.450 hectáreas cultivadas han generado 1.225 toneladas, un 55% menos que en el 2014. También registran significativas bajadas la verza (-54%), los yeros (-53%), las lentejas (-50%) y las habas secas (-50%).

Mejor comportamiento están teniendo los frutales cítricos. A pesar a pesar del descenso en la cosecha de albaricoque (-19%) o de higo (-51%), que tienen unas producciones reducidas en Córdoba, y en el manzano (-6%) y el peral (-7%), se observan aumentos en el melotocón (41%), en el ciruelo (20%) y en el almendro (18%).