El proyecto de la biblioteca que el Ministerio de Cultura ejecuta en los jardines de la Agricultura o de los Patos ha experimentado cambios tras la aparición de un muro califal que quedará integrado en la sala infantil, tal y como ya adelantó este periódico. El Ministerio de Cultura ha aportado más detalles sobre la modificación realizada, que implica cambios también en el espacio en el que irá la rosaleda.

Fuentes del Ministerio de Cultura señalan que la solución adoptada supone la modificación de la planta baja, en concreto de la zona infantil, "respetando el programa funcional pero incorporando el muro" de 15 metros de longitud, que afecta tanto al interior como al perímetro exterior del edificio. Esto implica modificar parte del talud y del espacio donde irá ubicada la rosaleda que había en los jardines y que se eliminó en el 2008 para iniciar las catas arqueológicas, trasplantándola a un vivero. Según las mismas fuentes, al allanarse parte del talud, "se consigue un nuevo plano horizontal que habilita un mayor espacio transitable de la zona ajardinada".

Cultura explica que el modificado del proyecto que está en tramitación afecta a diversas partidas relacionadas con la excavación arqueológica, que inicialmente no estaba prevista, ya que las catas realizadas en el 2009 no habían sacado a la luz restos que hubiera que integrar, que, en cambio, han aflorado en los trabajos de seguimiento. Por ello, y según Cultura, incluye "la regularización de los costes derivados de la excavación arqueológica, especialmente en las partidas de retirada de tierras". En este sentido, el modificado ha establecido los nuevos precios para la retirada de tierra de forma manual. Desde su inicio en diciembre del año pasado, el seguimiento arqueológico se ha convertido "en una excavación de toda la parcela con un estudio de máximo detalle de todo el terreno hasta la cota de cimentación".

Durante los trabajos realizados han aparecido también, además de una necrópolis romana, dos estructuras del siglo pasado utilizadas para el mantenimiento del parque, que se van a demoler, y que consisten en un relleno de hormigón de 150 metros cuadrados y un pozo de aguas de 14 metros de profundidad.

Cultura estudia también suprimir el segundo sótano, donde iba un aljibe, ya que ha encontrado tomas de agua suficientes en las aceras. Por ello, el aljibe inicial será más pequeño de lo previsto y podrá ir ubicado en el sótano primero. Esto abaratará, según indica Cultura, los costes de cimentación.

Arqueoqurtuba es la encargada de los trabajos arqueológicos mientras que Banasa es la adjudicataria de la obra, que tiene de plazo hasta el 2018.