El próximo 19 de enero arranca la convocatoria ordinaria de exámenes y más que nunca los estudiantes se despiden de sus compañeros el viernes con un: hasta mañana, quedamos en la biblioteca. Y es que las bibliotecas de sus facultades se convierten para muchos en su segundo hogar en estos días de exámenes y nervios, en los que la concentración manda y el estudio común se convierte en un apoyo extra para no desfallecer en el intento.

"Al iniciarse los periodos de exámenes la situación es mucho más relajada y, paulatinamente, la afluencia crece hasta el lleno total y, de forma paralela, la concentración de nuestros usuarios", destaca la directora de la Biblioteca Universitaria de la UCO Carmen Liñán. Y es que, coincidiendo con las convocatorias ordinarias y extraordinarias de exámenes las bibliotecas del campus de Rabanales y las de las facultades de Medicina-Enfermería, Derecho y ADE, Ciencias del Trabajo y Filosofía y Letras, amplían su horario hasta las 00.00 horas, incluyendo fines de semana.

Algo que se viene realizando ya desde hace varios cursos en la Universidad cordobesa, ante la demanda de los alumnos. "Es una realidad que venimos constatando año tras año y que hizo necesaria la puesta en marcha de un calendario de aperturas extraordinarias consensuadas con el Consejo de Estudiantes", afirma Liñán quien añade que en este curso, además, y debido a la demanda existente, también en periodo ordinario, sin exámenes, permanecerán abiertas los sábados en horario de mañana las bibliotecas de las facultades de Ciencias del Trabajo y Derecho y ADE, que se suman así a Filosofía y Letras.

Pero, ¿cuál es el perfil de usuario en estos días? Se trata fundamentalmente, como señala la directora de la Biblioteca Universitaria, de estudiantes de la UCO que apuestan por estos lugares porque le ayudan en la concentración, aunque también hay opositores que se benefician de estas aperturas.

Celia Tapia, estudiante de segundo de Magisterio de Primaria es de las que queda con sus compañeros para estudiar en la biblioteca. Asegura que se concentra más, "en mi casa no paro de levantarme de la silla" y que incluso se llevan la comida para comer juntos y después continuar estudiando. "En los descansos nos damos fuerzas unos a otros y nos motivamos más", concluye.