Aunque su vida nunca fue totalmente normal, Ana sueña con recuperar los hábitos que, de un tiempo a esta parte, le han estado prohibidos. "Sueño con tener energía, poder trabajar, correr detrás de mi hija, montar en bici y bailar". Mientras lo dice, su pareja la mira embobado y su padre asiente con la cabeza confirmando sus ganas de vivir.