LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO CORDOBA, 12 DE JULIO DE 1936

TRAYECTORIA ESTUDIO EN ARTES Y OFICIOS. CAMPEON DE ESPAÑA EN LA MODALIDAD DE TALLISTA (1956)

Andrés Valverde Luján es un artesano de la madera y tallista que nació respirando las virutas de serrín que iban depositándose por todos los rincones del taller de su padre Rafael Valverde Toscano, maestro tallista de reconocida trayectoria en Córdoba. Mientras atiende esta entrevista, uno de los dos hijos de Andrés, Manuel Valverde Serrano, que trabaja junto a él desde 1990, se encuentra lijando un nuevo encargo. Una cuidada labor, que lleva a cabo su hijo Manuel con un ritmo tan marcado e uniforme como el que deben llevar los pasos de la Semana Santa y como el que le ha enseñado su padre. La vida de Andrés Valverde ha transcurrido entre tres barrios emblemáticos de Córdoba, Santa Marina, San Lorenzo y San Pedro, este último donde fijó su residencia y su taller hace más de 40 años, concretamente en la calle Barrionuevo.

--¿Sus padres eran los dos de Córdoba?

--Mi padre sí, pero mi madre, Eduvigis Luján era natural de Azuaga (Badajoz). Eramos 7 hermanos, aunque uno murió con cinco meses. Vivimos todos en Córdoba capital, excepto una hermana mía que reside en Barcelona.

--Se crió en Santa Marina.

--Sí. Nací en la calle Tafures, donde mi padre tenía su taller. Desde pequeño veía cómo trabajaba.

--¿Pudo ir al colegio?

--Sí. Estudié en los Salesianos y me quité de la escuela porque quise. Mi padre pretendía que estudiara, pero yo quería trabajar con él.

--Su padre había estudiado en la Escuela de Artes y Oficios, en la que usted luego también se matricula.

--Mi padre estudió en Artes y Oficios y también fue profesor emérito de este centro. Con 12 años empezó a ir a la escuela y luego continuó los estudios después de cumplir con el servicio militar. Pero como era un alumno muy aventajado, lo pusieron de sustituto cuando un profesor faltó y estuvo allí un tiempo dando clase de ayudante. Mi familia tiene un origen humilde.

--¿Qué amigos recuerda de la época de Arte y Oficios?

--En aquella época destacaron bastantes estudiantes, entre ellos mi hermano Rafael, los hermanos García Rueda, Díaz Roncero padre, Antonio Bujalance, Miguel Rodríguez Alcalá, Pedro García Cuerva o Antonio Gallardo.

--¿Y con qué profesores tuvo más relación?

--Con Rafael Díaz Peno, Amadeo Ruiz Olmos, Mariano Monedero y Vicente Ortí Belmonte.

--Durante la Guerra Civil fueron quemadas muchas imágenes religiosas y pasos de Semana Santa. ¿Le hicieron a continuación muchos encargos a su padre para reponer lo destruido?

--En esa época mi padre era conocido, porque había estado en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, donde trabajó de tallista para la firma Casana. Mi padre también era tallista de la casa Muebles Aguilar en Córdoba y el encargo del paso de Jesús Caído fue el trampolín para empezar a trabajar por su cuenta de tallista, asumiendo trabajos de muebles (que en los años 40 se llevaban muy tallados), retablos y pasos de Semana Santa. El encargo del Caído se produjo en 1941 para llevar a cabo concretamente la realización del trono, de estilo renacentista, para el titular de la cofradía de Jesús Caído, conocida popularmente como la de los toreros, que fue estrenado en la Semana Santa de 1943 y que es el que continúa saliendo en la actualidad, siendo de los pocos que se mantienen de aquella época.

--Tras llevar a cabo el trono del Caído, ¿qué otros pasos le encargaron a su padre y en los que usted también participó?

--Estaba el paso del Prendimiento de los Salesianos, la Pasión de San Basilio y el anterior del Resucitado. En aquella época trabajábamos con mi padre, que era el jefe del taller, mi hermano Rafael, que también es del oficio, y yo. Mi hermano Rafael fue profesor de talla en Artes y Oficios y ya se jubiló.

--¿Recuerda algo de los inicios de la dictadura tras la guerra?

--Los últimos días de la Guerra Civil se escuchaban aviones celebrando la victoria y lo que comentaban los mayores.

--Usted obtuvo la beca de ayuda al estudio Mateo Inurria que convocaba la Diputación.

--Se la daban al alumno que sacaba la mejor puntuación.

--Y también logró el premio al Mejor Aprendiz de España.

--Sí, me presenté al concurso y lo gané. Guardo una foto de la entrega de ese premio en la que aparecen José Solís Ruiz, ministro secretario general del Movimiento, y Jesús López Cansio, delegado de Juventudes. El premio me lo entregaron en el Palacio del Pardo en Madrid el 1 de mayo de 1957.

--¿Fue consciente de niño que se habían quemado imágenes y destruido iglesias durante el conflicto del 36?

--Tanto mi padre como la mayoría de las personas de aquella época opinábamos que esa destrucción era fruto de la incultura, pues se perdieron valiosas obras de arte y también había monumentos que fue una pena que desapareciesen bien por el fuego o por el saqueo. Mi padre me comentaba que fueron destruidos muchos bienes y que fue muy triste. Por ejemplo, quemaron el retablo de la iglesia de Santa Marina, pero el saqueo mayor se produjo en la provincia.

--Su padre trasladó luego el taller a la calle Abéjar, en el barrio de San Lorenzo. ¿Cómo era el día a día de ayudante de su padre?

--Allí nos fuimos a vivir. Entonces no había ni sábados, ni domingos, ni vacaciones. Iba a la Escuela de Artes y Oficios de 6 a 9 de la tarde y en la época en la que había más trabajo dejábamos en parte las clases para ayudar a terminar los encargos.

--Y con tanto trabajo no tendrían tiempo ni de tomarse un medio de vino en las tabernas.

--Sí. Las noches de los sábados y los domingos íbamos a alguna taberna por San Lorenzo, como la de Manolo el de las Quinielas o Minguitos, y nos reuníamos todos. Antiguamente los operarios del taller eran amigos y compañeros. También hacíamos peroles en el campo.

--En aquellos tiempos el vino se tomaba a palo seco.

--Se tomaba uno 4, 5 o 6 medios y no pasaba nada. Se aguantaba mucho.

--¿A qué edad se independizó usted de su padre?

--A los 30 años. Me casé a los 31 años. En la calle Barrionuevo, donde está mi casa y taller, llevo 46 años, aunque viví un poco antes en Cinco Caballeros. De la época en la que me vine a vivir aquí se han ido a otros lugares casi todos los vecinos de entonces, salvo mi vecina de enfrente.

--De su etapa en solitario, ¿qué primeros encargos recuerda?

--Fueron muebles. Y aunque no fue de los primeros encargos, me siento orgulloso de una importante obra de carpintería que efectué para el Palacio de los Ybarra en Sevilla, que se restauró de cara a la Exposición de 1992. También hemos hecho bastantes muebles, obras de carpintería y artesonado para la Casa del Judío, que está en la plaza Jerónimo Páez. En los años 60 y primeros de los 70 no había encargos de las cofradías, pues se produjo una paralización en ese mundo. Nos manteníamos con el trabajo artesanal. A partir de 1972 empiezan a resurgir las hermandades y los encargos de Semana Santa, que seguíamos compatibilizando con los muebles. Ese año, por ejemplo, resurge la cofradía del Nazareno de Córdoba. Hicimos aquí el primer paso que tuvo y a continuación realizamos el de la Nazarena. Y ya en 1977 llevamos a cabo dos encargos importantes. El primero fue el paso de la Oración en el Huerto de Castro del Río y el segundo fue el Prendimiento de El Carpio, de buena factura y estilo renacentista, que fue el que nos hizo meternos de lleno de nuevo en el mundo semanasantero.

--A partir de aquí se multiplicaron los encargos en los años posteriores.

--Sí, nos encargaron el paso de la Humildad de Osuna; el del Nazareno del Paso, de Baeza (Jaén); el del Sepulcro (que aún no está terminado), la Virgen de la Soledad, el de la Misericordia y la primera fase de la canastilla de la Virgen de las Angustias, de Montoro; el trono de la Virgen del Campo y el de la Virgen de las Angustias, de Cañete de las Torres; Santísimo Cristo de la Buena Muerte para La Granja de To

rrehermosa (Badajoz); los pasos del Nazareno y la Verónica, de Santaella y del Nazareno y Cristo de la Misericordia, de La Victoria; el paso del Sepulcro de La Carlota; los pasos de la Virgen de los Dolores, el Cristo de la Humildad y el de la Buena Muerte, de Fernán Núñez, cofradía para la que precisamente he terminado una cruz arborea que se estrenará esta Semana Santa; los tronos de El Preso y de la Veracruz, de Castro del Río, y los de la Virgen de los Dolores y Cristo de la Salvación, de Belalcázar; la ampliación y restauración del trono de Jesús Nazareno y del retablo de esta imagen, de Pozoblanco; el retablo de la Virgen de la Estrella, de Villa del Río y en Córdoba, entre otros, el del Cristo de la Caridad y el del Cristo de la Misericordia. También he restaurado imágenes, entre ellas el Nazareno de Córdoba y otros Nazarenos de la provincia.

--¿Qué pasos de Córdoba son los que le gustan más?

--Las imágenes que más me gustan son las señeras, la Virgen de las Angustias, el Caído, el Nazareno, la Caridad, la Virgen de los Dolores, la Nazarena, el Cristo de Animas o el Via Crucis del Cristo de la Salud.

--¿Qué le parece la propuesta de abrir una segunda puerta en la Catedral para las procesiones?

--A mí me agradaría que todos los desfiles pasaran por la Mezquita Catedral, siempre que la reforma prevista se llevara a efecto, ya que si no se formaría un tapón bastante grande los días grandes. Entrar a la Catedral haciendo carrera oficial, un paso detrás de otro, es imposible con una sola puerta, pero sería para Córdoba un marco incomparable y ojalá se llegará a abrir una segunda puerta. Disfrutaba mucho cuando el Nazareno entraba en la Catedral en la madrugada. El recogimiento que tenía la cofradía por la Judería, por Cardenal González y, por supuesto, por el recinto de la Catedral. Eso hay que vivirlo. Era una preciosidad ver, cuando yo iba de capataz, la procesión del Nazareno cuando llegaba la mañana y nos aproximábamos a Capitulares. Las luces que le veía a esas horas a la policromía del Nazareno ya no las he visto nunca. La cofradía optó por cambiar la procesión al Jueves Santo por la tarde y de eso prefiero no opinar. Por otro lado, no es lo mismo que la carrera oficial pase por Cruz Conde que por la Judería, con todos los respetos.

--¿Le gusta cómo está quedando la Judería tras las remodelaciones diversas que ha sufrido?

--No comparto demasiado lo que se ha hecho en la Judería. Nos salimos un poco de la Córdoba tradicional. Se ha perdido toda la idiosincrasia de muchos barrios y la convivencia vecinal.

--¿Qué barrios de Córdoba le gustan más?

--El de Santa Marina y luego he vivido entre San Lorenzo y San Pedro, que son grandes barrios.

--Y en cuanto a tradiciones, ¿cuáles le agradan más?

--Las cruces. En la calle Tafures poníamos una cruz de mayo muy importante.

--Ha recibido usted diferentes distinciones.

--Sí y todas me han hecho mucha ilusión. Fui nombrado cofrade ejemplar en el año 2007, por parte de la Agrupación de Cofradías de Córdoba. Por otro lado, la hermandad del Caído me entregó la insignia de oro y el Prendimiento de El Carpio me rindió un homenaje y me entregó una medalla. Por otra parte, el Sepulcro de Montoro y el Nazareno de Córdoba también han reconocido mi trayectoria. Sin embargo, recientemente he estado varios meses con una depresión de caballo por temas de cofradías. ¡Con lo que he sido para el Nazareno!

--¿Ha tenido algún problema con los encargos?

--No. He tenido mucha suerte, aunque he sufrido algún contratiempo puntual con pagos.

--¿Las herramientas que usa han cambiado mucho?

--Tenemos herramientas para tallar la madera que se usaban en la época de mi padre, o sea hace un siglo, y también de compañeros de mi padre. Hoy se ha modernizado mucho la maquinaria. Incluso hay equipos portátiles que agilizan el trabajo y están las máquinas de sacar de punto que alivian la faena.

--¿Cuánto tiempo le llevó hacer el actual paso del Nazareno?

--Ocho años.

--¿Cuál trono ha tardado más tiempo en crear?

--Con el Sepulcro de Montoro llevamos diez años.

--¿Cómo es su día a día en la actualidad?

--Me levanto y doy unos ratos en el taller por la mañana y la tarde. Me dedico a mi familia, Tengo a mi mujer, Dioni Serrano, y a mis dos hijos, Manuel y Mariano. Este segundo nos echa alguna mano porque le gusta el cuero repujado y el policromado.

--¿Le gustaría que algún nieto suyo continuara con su oficio?

--Sí, tengo 1 nieto y 2 nietas y me agradaría mucho.

--¿Conoce bien la Semana Santa de la provincia?

--Antes iba a muchos pueblos, entre ellos a Fernán Núñez o a El Carpio, pero ya estoy más mayor y me cuesta viajar.