Hay que mirar muy atrás para encontrar una unidad de acción y una coincidencia de criterios tan absoluta como la que se vivió ayer en el campo cordobés. La grave crisis que atenaza al sector primario llevó a la mayoría de cooperativas de la provincia y a empresas industriales del sector agroganadero a paralizar la actividad en la primera de las dos jornadas reivindicativas que hoy culminarán con una manifestación en Madrid que espera reunir a unos cien mil agricultores de toda España, de los que alrededor de 7.000 serán de Córdoba. Más de 90 autobuses partirán hoy, de madrugada, de 41 municipios de la provincia, a los que se unirán los numerosos agricultores que viajarán en tren o en vehículos particulares.

La jornada de ayer se desarrolló con absoluta normalidad y sin incidencia en un día que las organizaciones agrarias calificaron de "histórica". Actividades como la recogida de aceituna o de la naranja se llegaron a paralizar en la mayoría de las comarcas. Las organizaciones agrarias pararon también su actividad, aunque algunas personas seguían organizando el desplazamiento masivo a Madrid. Un contestador automático informaba a todos los que llamaban a Asaja del paro: "Asaja Córdoba le informa de que hoy viernes, día 20 de noviembre, la oficina permanecerá cerrada por paro general en el campo y mañana, sábado 21, manifestación en Madrid. Gracias y perdonen las molestias".

En Adamuz, una marcha integrada por más de 80 tractores y unos 30 turismos recorrió las calles de esta localidad del Alto Guadalquivir. El presidente de la cooperativa olivarera Nuestra Madre del Sol, Francisco Terán, advertía de las dificultades que está pasando el sector: "La situación del campo es inviable, sobre todo en la Sierra. En más de dos décadas no he visto algo así. Pedimos que nos escuchen".

En la zona de Priego también se paralizaron las labores. El presidente de la cooperativa Almazaras de la Subbética, Francisco Serrano, lo dejó muy claro: "El paro está más que justificado. Aguantamos porque el agricultor puede con todo. No recuerdo una situación como ésta en 30 años que llevo dirigiendo la empresa. El gasto está disparado y el producto no vale. Además, los bancos tienen el grifo cerrado al crédito".

El presidente de la cooperativa Germán Baena, de Baena, Isidro Navea, aseguró que ayer no se veía nadie por el campo. "Nosotros no tenemos recepción de aceituna. La movilización está justificada. Estamos trabajando en pérdidas. Es el momento de unirse", decía Navea.

En la cooperativa Olivarera de Lucena cierran hoy y mañana las instalaciones. Su presidente, Francisco Mora, remarcaba la preocupación por el "gran problema" que hay en el campo: "No se salva ningún sector".