Urbanismo desvelará hoy los detalles del plan que ha generado más expectativas de la última década por su ubicación privilegiada. El organismo municipal hará público un documento que lleva fraguándose años, que los socios de gobierno --IU y PSOE-- han estado negociando hasta el último momento, y que definirá el futuro del ámbito formado por el Alcázar y las Caballerizas Reales, una superficie de 80.730 metros cuadrados a la que el Ayuntamiento quiere sacarle partido desde el punto de vista cultural y turístico. Tras el plan Renfe, será la operación más importante de los últimos tiempos en una zona consolidada.

Pendientes de su contenido hay varios colectivos. Por un lado, el sector ecuestre, que espera que siga fiel al plan de usos aprobado por el Pleno en el 2002 y al elaborado por encargo del Plan de Excelencia Turística para Córdoba Ecuestre. Este colectivo, presidido por el primer teniente alcalde del Ayuntamiento, Rafael Blanco (PSOE), quiere disponer ahí del centro internacional del caballo. Tanto el gerente de Córdoba Ecuestre, Javier Gómez, como el presidente de la Asociación Cordobesa de Criadores de Caballos de Pura Raza, José Luis Ramírez, se niegan a renunciar al protagonismo del caballo y no quieren ni oír hablar de instalaciones provisionales. Ramírez anuncia ya que no se quedarán cruzados de brazos si no se escuchan sus demandas.

Muy atentos están también los vecinos del Alcázar Viejo, que han reivindicado aparcamientos en la Huerta cedida por la Diputación y que ahora centran su lucha en los equipamientos sociales, eso sí, siempre que se habiliten estacionamientos en otro lugar. El presidente de la asociación de vecinos, Javier Alvarez de Sotomayor, confiesa su "desconcierto" con este plan, que conocerán esta misma tarde. Al encuentro van con "cautela", aunque advierte ya de que los vecinos "irán a la guerra" si no se escucha su demanda de usos sociales.

Los empresarios también conocerán hoy el plan y esperan beneficiarse de esta importante operación urbanística en pleno corazón turístico de la ciudad.

Su contenido es un secreto celosamente guardado por el gobierno local para acallar críticas. De él solo se han dado pinceladas. El plan plantea caballos sí pero no de forma permanente, con lo que se ubicarán en otro recinto fuera del casco; una zona considerada de reserva arqueológica que no admitirá edificaciones; y un importante cambio que modificará la imagen de la avenida del Alcázar. El ámbito de los jardines del Alcázar llegará hasta el río, lo que supondrá la desaparición de la calzada de la avenida del Alcázar, la reforma del paseo para darle un uso peatonal recuperando su rasante histórica y la rehabilitación del lienzo de muralla. El plan recuperará antiguas conexiones entre el Alcázar y las Caballerizas y habilitará otras a costa de la expropiación de una vivienda que hay junto al torreón de la calle Postrera. Un cambio total.