A los militares que se van a desplegar en el Líbano y a sus familias les van a separar, durante cuatro meses, 6.280 kilómetros. A partir de ya se sucederán las despedidas entre ellos, pero ayer, en la oficial, escenificada con una parada militar en la explanada Reina Sofía de la base de Cerro Muriano y una posterior copa de convivencia, los familiares se enfrentaron al primer adiós tras escuchar el cálido saludo del general jefe de la Brimz X, Ricardo Alvarez-Espejo. "Vosotros sois los verdaderos protagonistas de la misión, supliendo nuestra ausencia, asumiendo la responsabilidad completa en el hogar, de la educación familiar o simplemente soportando la inquietud de la lejanía", les dijo.

Y eso, la inquietud, precisamente, es lo que expresaban las familias al hablar con los periodistas. "Estoy muy preocupada", reconoció Mari Sierra, madre de un militar egabrense de 25 años que participará en la misión. Por contra, "él está muy contento", admitió la mujer, que añadió que "mi hijo tenía tanta ilusión que no le tocaba y se apuntó" a ir al Líbano, en la que será su primera misión.

Más experiencia tiene el marido de Manuela, que cumplirá su segunda misión, pero eso no quita que ella lo lleve "muy mal porque son cuatro meses en los que no sabes cómo está", aunque la comunicación sea casi diaria. "Tengo más miedo que cuando fue seis meses a Bosnia", confesó Manuela, por mucho que su marido advirtió que "la zona está tranquila". Y esta, por cierto, fue prácticamente la única declaración que se pudo tomar de la tropa, ya que los periodistas tuvimos prohibido entrevistar a su miembros. Si acaso, el militar, con dos hijos, añadió que "ahora que son mayores lo llevan peor que en la anterior misión. Dicen que no, pero lo llevan por dentro".

Al desfile de la fuerza, a la que asitieron numerosas autoridades como el alcalde, Andrés Ocaña, o el subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, siguió una copa de vino para deshacer algún que otro nudo en la garganta de las familias ante la proximidad de la partida. Claro que "la trascendencia de nuestra misión y la nobleza que significa el representar a España compensa con creces los sacrificios", apuntó el general.