La Guardia Civil y la Policía Nacional están especialmente sensibilizadas en la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Gran parte de su trabajo resulta desconocido, pues existen muchas investigaciones que se activan y luego se abandonan o líneas de trabajo que se siguen, pero tardan mucho en dar frutos. Actualmente, la Guardia Civil tiene abiertas más de una decena de operaciones y está tratando de verificar la sospecha sobre una veintena de puntos de posible venta y menudeo de drogas en la provincia cordobesa.

Fuentes de la Benemérita de Córdoba resaltan lo complicado que resulta esta labor. "Los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) trabajan sin horario, sin festivos, sin apenas vida familiar, todo para poder localizar a los traficantes. El secreto es estar ahí por si se detecta una compraventa, algún indicio que permita la detención", señalan fuentes de la Comandancia.

Peligro

Son misiones arriesgadas, pues los agentes se enfrentan a camellos que van en vehículos de alta gama y circulan sin respetar ni siquiera las normas del tráfico. También está el peligro de entrar a un domicilio donde supuestamente se vende droga, sin saber qué habrá tras la puerta.

Estas mismas fuentes lamentan que, después de que los agentes de la Guardia Civil superan numerosos peligros para perseguir a los delincuentes, la legislación procesal penal española es muy "garantista" y permite que muchos narcotraficantes eludan su responsabilidad o se les impongan condenas muy benévolas.

Y es que este quehacer puede resultar algunos días frustrante, pues no todo son las grandes actuaciones que se dan a conocer en los medios de comunicación. "Cualquier trabajo policial en la lucha contra la droga tiene una gran importancia, pues de algunas pequeñas operaciones se obtienen otro tipo de resultados, como pueda ser satisfacer demandas vecinales, lograr la tranquilidad y la seguridad en determinados puntos, conseguir información y evitar la posible sensación de impunidad", añadieron fuentes de la Comisaría.

Un 90% de los detenidos por la el Cuerpo Nacional de Policía por compraventa de estupefacientes residen en la capital cordobesa. En la zona centro es donde más se incauta cocaína u otras drogas como el MDMA, mientras que en la parte sur son más habituales el hachís y la marihuana.

Para evitar el tráfico de drogas existen dos grupos en la Comisaría, uno adscrito a la Brigada Provincial de Policía Judicial y un segundo del que dependen las comisarías de distrito. Además, los grupos de atención al ciudadano (GAC), los grupos operativos de respuesta (GOR) y la unidad de prevención y reacción (UPR) también aportan su granito de arena.