Si los responsables municipales perfilan el plan alternativo de tráfico con tiempo suficiente no tiene por qué haber ningún problema. Lo importante es que las obras se hagan, que se genere empleo y se reactive la construcción, uno de los sectores más azotados por la crisis. Lo anecdótico --si se prepara con tiempo y da los resultados esperados-- será que la ciudad se convierta durante diez meses en una oca gigante de obras. Esperemos.