Ni la crisis ni la supuesta amenaza de lluvia, que al final se quedó solo en amenaza, consiguieron quitarle las ganas ayer a los cordobeses de celebrar el día de San Rafael en el campo, como manda la tradición, con la paleta en la mano y un perol en frente. Luego, cada uno le echó al perol lo que quiso o pudo. Familias completas con más de una generación bautizada con el nombre del custodio de Córdoba se reunieron en torno al fuego para pasar el día juntos y ponerse las botas comiendo. "Hemos llegado de los primeros, a eso de las seis de la mañana, y desde entonces hemos comido chorizo, salchichas, sardinas... y aún está pendiente guisar el perol", explicaba ayer Antonio Ortiz al tiempo que le servía una cerveza a su cuñado, encargado del condumio. A unos pasos de esta familia, la de los Guerra celebraba el santo de sus Rafaeles con un menú distinto adaptado a las circunstancias económicas del país. "Este año, como la cosa está muy mala, hemos decidido cambiar el arroz por un pollo al ajillo y patatas a lo pobre", comentaban mientras las mujeres insistían entre risas: "No ha dado para marisco".

Los jóvenes también hicieron un hueco en la agenda para subir a la sierra, pero sin madrugar demasiado. "Hemos llegado a las doce y media más o menos", confesaban mientras una de las presentes daba la vuelta a las hamburguesas en la parrilla. El arroz brillaba por su ausencia. "Es que no sabemos hacerlo ninguno".

La familia Muñoz Jurado, compuesta por diez hermanos, ocupó su lugar en la zona de peroles desde bien temprano. "Si fuera por Rafael, estaríamos aquí desde las siete de la mañana", decía una de sus nietas. Y vuelta a la crisis. "Este año se ha notado, de 38 euros por familia que pusimos el año pasado, nos hemos quedado en 10, así que ya verás...", indicó uno de los hermanos al que su mujer corregía: "Que no, hombre, que en este día no hay crisis que valga". Y es que para irse al campo solo hace falta proponérselo. "Da igual la crisis y que estemos a fin de mes porque cambiamos el whisky por más cerveza y se acabó", resumió ayer la hija de Rafael Moreno, que este año preparó el arroz de rigor con magro, pollo y conejo. Y es que no hay nada más barato que un perol. A no ser que uno pretenda hacer, de paso, botellón como la familia Muñoz Sánchez, a los que sorprendimos con la copa de ron a primera hora de la tarde. "Nosotros no hacemos arroz, somos más de barbacoa, y eso que hoy se nos ha olvidado la parrilla en Córdoba... Por cierto, ¿te pongo un cacharrito?".