Superado el examen, ahora viene el calvario de las notas de corte, el peregrinaje por internet ("a ver si estoy") y la incertidumbre de muchos que no saben si podrán estudiar lo que desean. Los chicos de más de ocho, ese 15%, estarán más o menos tranquilos (salvo los que quieran estudiar Medicina, por ejemplo, donde tantos quedan fuera aunque luego haya que importar médicos del extranjero), y el resto puede que acabe haciendo lo que menos le apetece o estudiando en Elche (por ejemplo).

Lo cierto es que para iniciar una ingeniería apenas hace falta puntuación, pero en periodismo o enfermería más vale llevar notas altas. Esto funciona como la bolsa, que sube a demanda.