Los responsables de las organizaciones de joyeros resaltaron ayer la crisis por la que atraviesa el sector, agudizada con la crisis general.

Un ejemplo de esta recesión es el que indica que hasta febrero, según los datos de la Dirección General de Aduanas, se ha importado un 56% menos de oro.

Además, indicaron que en la feria de Basilea se ha notado un notable descenso de ventas del producto asiático. Si la situación continua, dijo Manuel Berral, podrían perderse bastantes empleos.