Aunque Juan Gabriel es jefe del Departamento de Servicios Sociales de la ONCE y trabaja para este organismo desde hace 17 años, afirma con rotundidad que su sueño no puede ser otro que esperar que algún día no haya necesidad de que exista una Organización Nacional de Ciegos. Consciente de que, como en muchos ámbitos de la salud, "se investiga más en tratamientos que en la curación" porque es mucho más rentable lo primero que lo segundo, piensa a lo grande y confía en que en el futuro a nadie más le esté vedado poder ver "cosas tan bellas como el cielo o el mar", imágenes que, después de tantos años, aún mantiene frescas en su memoria.