Varios testigos que declararon ayer en el inicio del juicio contra cuatro jóvenes acusados de falsedad en documento privado y estafa por el cotillón celebrado la Nochevieja de 1998 en el hotel Hesperia expusieron que el aforo de la fiesta se sobrepasó. Uno de los técnicos de la Junta que hizo un informe sobre las deficiencias de la fiesta explicó que se hallaron en el lugar elementos no autorizados y calculó que al cotillón acudieron unas 2.500 personas.

El entonces jefe del Servicio de Juegos y Espectáculos Públicos de la Delegación del Gobierno, José Antonio Soriano Cabrera, manifestó que en esa fiesta se produjeron dos faltas muy graves, "un exceso de aforo, ya que según informes policiales había allí más de 1.140 personas, cifra autorizada por la Junta, y se produjo además una alteración del orden". Por su parte, el responsable de la imprenta donde se encargaron las entradas confirmó que se hicieron 3 series de 1.200 entradas con la misma numeración.

"GENTE SIN EDUCACION

De otro lado, tres de los acusados --J.M.J.A., J.M.C.C. y J.O.P.-- precisaron en sus respectivas declaraciones que el cuarto imputado, E.F.R.L., no tuvo relación alguna con la fiesta y que sólo prestó su firma por amistad hacia ellos para la solicitud de una póliza de responsabilidad civil que le exigía la Junta, ya que ninguno de ellos por motivos fiscales podía hacerlo. Precisamente J.M.J.A. declaró que "los denunciantes fueron un grupo de personas sin educación y que la policía confundió a la gente diciéndoles que se iba a devolver el dinero de las entradas". J.M.C.C. negó que hubiera desorden esa noche y añadió que "sé que hubo destrozos en el hotel al día siguiente pero no los vi". Por otro lado, J.O.P. aseguró que no se vendieron más de las 1.140 entradas autorizadas y dijo no recordar haber testificado en su día que tenía un sello de otros años para sellar tickets no permitidos.