Luis Jaraba Muñoz, un cordobés de 34 años que se encuentra en prisión desde julio del año pasado para cumplir una condena de tres años, seis meses y un día impuesta por la Audiencia Provincial en 1998 por un delito de robo con intimidación, cometido en 1997, hecho del que siempre se ha declarado inocente, se va a querellar contra Diego Palacios, Gonzalo Trujillo y Diego Medina, los jueces que le impusieron esa pena. Su abogado, Manuel Ortega, apuntó que va a interponer una querella por prevaricación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) contra los citados magistrados que condenaron a su cliente en 1998. El propio Jaraba anunciaba esta nueva medida al salir ayer de la prisión provincial para disfrutar de su primer permiso penitenciario, de tres días de duración. Este joven recordó, mientras abrazaba a sus familiares, los puntos que evidencian que no es culpable de esos hechos. La víctima declaró, con posterioridad al juicio, ante un notario que Luis Jaraba no fue una de las dos personas que le robó. El propio individuo que se confesó autor de los hechos también manifestó que Luis Jaraba no fue su cómplice. Jaraba afirma que la víctima dijo en el juicio que el atracador poseía un defecto en un ojo, "algo que no tengo".

DAÑO PSICOLOGICO

Jaraba señaló que "dentro de lo que cabe me encuentro bien de salud, aunque el daño psicológico no hay quien me lo quite. Me he dedicado siempre a buscarme la vida honradamente y no conozco ni a la víctima del robo que me imputan. Tenía una novia y con todo este asunto la relación se estropeó. Han hundido a toda mi familia. Estoy condenado sin pruebas sólo por una fotografía y me estoy sintiendo, excepto por mi abogado, muy desprotegido, a pesar de que tengo la conciencia tranquila". Este joven afirma que "siento impotencia ante todo esto. Ya no creo en la justicia hasta que no me demuestre lo contrario. He sido el apoyo de mi madre, que sufre angina de pecho, durante otros años y ahora menos mal que está con mi hermana Encarna". Luis Jaraba solicitó a la Policía que investigue antes de condenar a una persona, "que no me sentencie injustamente porque la justicia también se puede equivocar". "Es un crimen para una persona joven como yo pasar lo que yo en los últimos seis años porque la cárcel es muy desagradable. Gracias a Dios que estaba soltero; si no hubiese roto mi familia", se lamentó.

RECURSOS SIN RESOLVER

Por su parte, el letrado Manuel Ortega añadió que aún está sin resolver una demanda presentada ante el Tribunal Constitucional para que se reconociese que en este caso había habido un error judicial. Ortega destacó que "la única solución que nos queda es la querella por prevaricación. El TSJA deberá resolver primero si admite o no la querella, y si la decisión es positiva, se plantea al tribunal también que se deje sin efecto la ejecución de la condena hasta que se resuelva la petición realizada".