Es Andrés Expósito, ‘El sustituto’ de un inspector muerto en extrañas circunstancias en Denia (Alicante), que poco a poco desenmaraña la insolente y permisiva situación de un gran número de viejas glorias nazis que viven plácidamente y con todo tipo de lujos en una colonia de la Costa Blanca.

«Hace tres años, cuando Aibar me dio el guion para que lo leyera pensé que era todo fruto de su imaginación», comentó el actor, impresionado y perplejo por el hecho de que en pleno rodaje en las calles de Denia, los vecinos se acercaran para preguntarles si «estábamos rodando la película de ‘nuestros’ nazis», recalcó. Ese mismo estupor alimenta este thriller, ambientado en 1982, que comienza justo cuando este policía es destinado a Denia con su familia y, nada más llegar, se enfrenta a una extraña detención de lo que parecen ser dos ‘cazanazis’, algo que a Expósito le excede.

«Este hombre, por todo lo que le ha tocado vivir (y que sale en la película: Paracuellos, el Auxilio Social, la orfandad...), o vivir los mejores años de tu vida en los oscuros cincuenta de puro franquismo, ser policía, se ha construido una coraza para poder tapar sus sentimientos y su vulnerabilidad, aunque a lo largo de la película va asomando», explicó Gómez. Un hombre, de entrada, «muy introvertido, que no tiene la necesidad ni de juntarse con nadie ni de dar explicaciones a nadie; su fuerte es la observación».

En esa investigación coincide con una médica, una mujer «adelantada a su tiempo, que es muy luminosa, y que se encuentra con Andrés cuando más lo necesitan los dos», señaló la actriz Vicky Luengo, que acompaña a Gómez en la aventura. Ambos «se acompañan emocionalmente» mientras ella «hace un viaje hacia la oscuridad a través de los silencios y de las cosas que le ocurren y que no se cuentan».

Así, con estos ingredientes, ‘El sustituto’ funciona como una película de intriga, acción y profundas relaciones humanas, al tiempo que descubre la corrupción policial durante el franquismo, los intentos desesperados de grupos humanos por descubrir a los criminales y la acción honesta y determinante de un hombre joven que lleva la integridad en el ADN.

«Fue una de las cosas que trabajamos: cómo alguien con todas las aristas de Andrés, un joven con un alcoholismo incipiente -marca de la época- con una manera de tratar a la gente que no es la que le gustaría pero a la vez tiene un pilar fundamental, que es su sentido de la justicia, al principio, entendida como brazo ejecutor», comparte Gómez. El actor madrileño comprende la reacción de los vecinos de Denia desde la «normalización del silencio» y recomienda ver este relato sobre «una de las partes más oscuras de la historia de España, que no se ha tratado nunca en nuestro cine».

Todo empezó por una casualidad. Hace 15 años, Óscar Aibar, director y guionista de la cinta junto a María Luisa Calderón, vio en un bar de la costa mediterránea peninsular una pequeña foto con «seis tíos con peinados de los años 60 vestidos con uniformes de las SS», explicó Aibar. «Pregunté al dueño qué película habían rodado allí y me dijo que no era una película, que eran unos alemanes que iban a su bar a celebrar cosas», como el cumpleaños de Hitler, afirmó entre sorprendido y enfadado.

¿Cómo era posible que aquello no se supiera, siquiera hoy día, en España?, se dijo, y empezó a «escarbar» hasta que, recientemente se desclasificaron muchos documentos del Mosad y de la CIA. Era «la punta de un iceberg inmenso». En aquellos papeles se hablaba de cerca de 40.000 nazis huidos a España, protegidos por el franquismo, que se negó a entregar a uno solo de ellos; aunque se reclamaron más de un centenar de criminales de guerra.

«En España no hemos sabido de esto porque lo evitaron la propaganda y la inteligencia franquista. Es un thriller de polis, pero su telón de fondo son hechos reales», detalló el director.