Mientras otros hacen leña del árbol caído, el jardinero del Real Jardín Botánico, Benito José Hidalgo Salazar, hace arte. Pero no con gubia ni formón, sino valiéndose exclusivamente de la motosierra y una pequeña radial para los detalles. Y es que este artista de Fernán Núñez aprovecha cualquier muñón de árbol talado o árbol derribado para esculpir una serie de figuras que sorprenden al viandante.

-¿Cómo es posible que con una herramienta tan ruda como una motosierra sea capaz de crear estas figuras tan delicadas?

Pues mire, tras estudiar un ciclo formativo sobre jardinería me coloqué en el Real Jardín Botánico de Córdoba donde ya he cumplido quince años. El arte de hacer esculturas me vino porque hice un curso de motosierra: de como se usaba, se montaba, se reparaba etc. Al final del curso el monitor hizo una imagen con la motosierra en un tronco y aquello me llamó mucho la atención y como aquí trabajo con la motosierra y siempre hay troncos y ramas gruesas al podar, pues me dije: « Voy a probar a ver cómo se me da» y comencé a practicar.

-¿Cuántos años lleva con esta tarea artística y original?

Llevo cinco años haciendo esculturas. La primera que hice fue un buho con una cabeza enorme que apunto estuve de desanimarme porque estéticamente no era agradable. Pero continúe. Menos mal. Hice sillas, después animales, lechuzas... Pequeñas esculturas y me fue gustando, así que me puse a ver vídeos de los americanos y la gente del norte de España que trabajan mucho la madera y poco a poco creo que he ido consiguiendo un buen nivel.

-¿Cuántas esculturas habrá realizado hasta ahora?

-Aproximadamente he realizado más de dos mil esculturas, repartidas por ahí, tengo obras en Hinojosa del Duque (cuatro), en Montemayor, en el Botánico, Zoológico y en la ciudad de los niños tengo bastantes diseminadas por el parque. En Cazorla tengo dos fui a hacer una exhibición y allí están. Siempre sobre madera de árboles secos o derribados por el viento como el pino que cayó en la ciudad de los niños en el ultimo temporal. Es un tronco de unos tres mil kilos y en el estoy trabajando actualmente, haciendo figuras para aprovecharlo.

-Entonces, lo aprovecha todo...

Efectivamente aprovecho el árbol seco o una poda en la que siempre quedan muñones grandes y ahí hago una figura.

¿Ha dicho que hace exhibiciones?- Efectivamente hago exhibiciones con motivo de alguna feria, reunión social o algún acto benéfico y también en institutos. La gente se sorprende porque no está acostumbrada.

-¿Y cuenta con alguna subvención?

Personalmente no, pero casi siempre voy a través de la Fundación Botí.

-¿Cuál es la obra que más le ha costado hacer?

La que más me ha costado está ubicada en la Ciudad de los Niños. Es un tronco grande de más de ciento cincuenta años que se cayó en el parque Cruz Conde y el camionero que lo transportaba, como es conocido mío, me dijo si lo quería para trabajarlo y me lo trajo. La escultura que realicé es un trono grande rematado por un águila con dos búhos en los brazos y en la parte de atrás están esculpidos otros animales como un águila echada y una serpiente. Esta obra tardé una semana en hacerla. Algunas veces veo como la gente, después de observarlo, se sienta en el trono y eso me hace feliz.

-¿Se le ha reconocido su trabajo con algún premio o distinción oficial?

Distinción oficial ninguna y en cuanto a premios tampoco porque estos concursos se celebran en el País Vasco y no he tenido oportunidad de presentarme. No desecho la idea de participar en un campeonato de España.

-Si yo tengo en mi jardín un gran árbol seco y le llamo ¿Va y me hace una escultura?.

Exactamente. Con mi motosierra soy capaz de hacer cualquier escultura.

- ¿La que se le ocurra o la que yo le pida?

La que me diga. En Hinojosa, por ejemplo, me pidieron una lavandera en un eucalipto de 1912, junto a la fuente de los lavanderos, a la entrada del pueblo. Hace tres semanas que lo terminé y allí está. El ayuntamiento no quería dejar perder ese tronco y lo hemos aprovechado.

- ¿Usted trabaja solo?

Absolutamente solo. Me basto con mi motosierra y mi radial.

- ¿Le echa algún producto cuando termina la obra?.

-Le doy una capa de barniz, el mismo que se le echa a las puertas. Es una capa de protección para que no le entren bichos que pudran la madera y además le da brillo a la escultura.

- ¿Cuál es su reto personal?

- Mi reto personal es hacer El Sembrador, la misma obra que hizo Juan Polo allí en Fernán Núñez, mi pueblo. H