En Freelander, novela del escritor bosnio Miljenko Jergovi, se nos muestra un paisaje desencantado de la antigua Yugoslavia a través de la óptica de Karlo Adum, quien, a los volantes de su viejo Volvo del 75, recorre las regiones mientras remueve con su mordacidad los recuerdos de su pasado. Todo viaje forma parte de un objetivo, una meta que se materializa a través del recorrido. Y sus matices pueden ser amplios e ir desde el simple placer de descubrir hasta completar una obra mayor, solidaria y comprometida. Dos alumnos de la Universidad Loyola Andalucía, Manuel Gil Eliche y Rafael López Crespo, estudiantes de Derecho y Relaciones y Derecho, respectivamente, tal vez influidos por esa misma ansia aventurera y humanitaria, realizarán el próximo verano un viaje en coche que recorrerá de norte a sur la península balcánica con el justo objetivo de dar forma a un proyecto solidario y pionero en su clase.

Inspirados por uno de sus familiares y el impulso del «ahora o nunca», Rafa y Manuel han decidido formar parte del desafío Uniraid Europe, programa de rally organizado por la empresa Iridis Travel cuya duración, que se extenderá desde el 5 al 15 de agosto en un recorrido de más de 5.000 kilómetros, los llevará de Venecia a Atenas, atravesando hasta un total de diez países europeos. Su objetivo, comentan, es repartir 40 kilogramos de material solidario en algunas de las regiones más pobres de los Balcanes. «Lo que queremos», señala Manuel, «es dar un choque de realidad que permita también desarrollar conciencia entre los jóvenes para que se involucren en movimientos similares». 

El proyecto

«El destino de nuestra misión es el lago Ohrid, junto a la frontera entre Albania y Macedonia del Norte. Allí, una escuela local será la beneficiaria de nuestra entrega», destaca Rafa. Para llegar a su destino, la ruta deberá cubrirse con un coche de al menos veinte años de antigüedad, desafío que ambos jóvenes realizarán en su Citroën Xsara de 2001, vehículo en el que cargarán durante la mayor parte del viaje los materiales solidarios que deberán ser proporcionados por las empresas patrocinadoras. Este camino, comentan ambos, será compartido junto a otros equipos de estudiantes procedentes de la Península Ibérica, tanto españoles como portugueses, y pasarán por ciudades tan emblemáticas como Split, Sarajevo o Tirana. 

El evento, todavía en ciernes, busca la participación y compromiso de organizaciones colaboradoras para que financien su labor solidaria. «En todo momento somos nosotros los que nos estamos averiguando las habas para el paquete solidario y para costear los gastos de inscripción, manutención y preparación del coche», señala Manuel, «aunque siempre hay empresas dispuestas a ayudarnos con el proyecto». «A cambio», comenta Rafa, «vamos a patrocinarlos activamente en la cuenta oficial de nuestro equipo (RaidCor), incluyendo fotografías, explicación de las marcas y celebrando eventos de exposición previos al viaje con las pegatinas del logo de los patrocinadores en el coche». Los jóvenes, que también han abierto una cuenta de microfinanciación, buscan recabar los fondos necesarios para poder sumarse a esta aventura altruista.

Cuando se les pregunta por el propósito del viaje, ambos estudiantes lo tienen claro: «Lo primero es, ante todo, el tema solidario. Pero también queremos que sea una experiencia de vida que nos permita contar nuestra historia al resto de jóvenes; un movimiento que sirva de ejemplo para animarlos a participar». Un recorrido que, como en la novela de Jergović, busca ser más que el camino y convertirse en una ventana para la concienciación y el aprendizaje.