Porque, vamos a ver, si ya esta funcionando de forma oficial lo de made in Spain , España, aquí entre nosotros, ¿por qué no vamos a darle aire a la cometa desde ya, a un made in Córdoba? Dicho lo cual, como siempre digo, pues que no solo se sepa que hay un made in Córdoba, sino que se vea, incluso, que ahora hasta se lleva, que flote la marca, que vaya al aire.

Porque es lo que yo digo. Ayer, Jaime Peñafiel, sí señor, se hizo el padrino de la marca rabo de toro en el Burlaero de Granada. Yo había sido unos días atrás padrino del plato oveja lojeña, que no hay que explicar de qué se trata, pero sí que digo que en el caso del rabo de toro, Jaime habrá recordado al nuestro, al de nuestra tierra, en cualquier lugar donde se haga, que es cosa fina y única y diferente. O sea, made in Córdoba.

Como los ojos morenos, con profunda ojera de la bella mujer, que el otro día al pedirme Hola , conociendo como conoce mis debilidades, que hiciera el retrato de Sara Carbonero, que la pobre está siendo atacada desde muchos frentes, sobre todo porque en este país nuestro, y sé lo que me digo, la envidia es muy mala consejera. Y yo, pues la defendí, claro que sí, y ha sido muy comentado el largo pie de foto que le dediqué, firmado con mi propia sangre. Y es que de haber sido Sara niña viva cuando estaba de pie don Julio Romero de Torres1 pues claro que la habría tenido por, como poco, modelo o musa de sus cuadros.

Y a otra cosa, mariposa. Por ejemplo, ese Brujo, don Rafael Alvarez, tan nuestro pues, ya con 25 años de éxito, de verdad, como hombre de teatro puro y duro. Claro que sí, mi homenaje en estas cuatro letras de este perol de la semana.

Como no tengo más remedio que recordar a Juan Luis Galiardo, que el ultimo día que le vi vivo, y tan vivo, fue en el AVE, y a grandes gritos me recordó: "¡Nuestro Góngora, que España desconoce todavía!". Como les cuento.

Y dos camisetas, dos, --Tengo una camisa negra , la bella canción colombiana-- que me envía desde arriba de Rute, desde su asnocracia, Pascual Rovira. Las dos con el burro de protagonista, dos bellas camisetas veraniegas, una con motivos picassomironianos, y otra con esa frase que yo hice mía hace ya no sé cuánto tiempo, y que en su día me costó un disgusto: "Creo en Dior". Que era, jugando a las palabras siempre, una declaración de fe. Por cierto que he sabido, muchas gracias, Pascual, por la noticia, que mi borrica ha sido madre, la Arriera . No me atrevo a decir quién es su padre porque se sabe y podríamos salir en las páginas rosas.

Y esta reflexión para terminar, en el día de los gais, que tengo muchos y muy buenos amigos, que Fernando Tejero, el tan nuestro, ha dado el pregón del día del arco iris, en Madrid, y con éxito indiscutible, el talante y el talento. Con este pensamiento final: "¡Ay si la adelfa oliera a nardo!" Meditemos. Lo dicho: made in Córdoba, mis leales.