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SOLEMNE ACTO

La Virgen de la Paz, coronada en la Catedral ante más de 2.000 personas

La Paloma de Capuchinos luce ya la presea de oro y cristal de roca realizada por Manuel Valera | El obispo de Córdoba pide por la paz mundial durante la homilía de la coronación canónica

Coronación de la Virgen de la Paz

Coronación de la Virgen de la Paz A.J.González

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Coronación de la Virgen de la Paz Francisco Mellado

A las 17.54 horas el obispo de la diócesis, Demetrio Fernández, ha coronado este sábado a la Virgen de la Paz y Esperanza en un Solemne Pontifical celebrado en la Catedral ante la presencia de numerosos hermanos, fieles, devotos y autoridades religiosas, civiles y militares, además de representantes de las hermandades cordobesas que han querido acompañar a la hermandad de la Paz en esta histórica jornada.

A partir las cuatro de la tarde comenzaron a llegar a la Catedral los primeros de los cerca de 2.000 invitados que presenciaron esta coronación canónica, la novena que se celebra en la ciudad y la segunda para el actual obispo de la diócesis.

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Imágenes de la coronación canónica de la Virgen de la Paz A.J.GONZÁLEZ

Puntualmente, tras la monición de entrada, leída por Gregorio del Rey, diputado de cultos de la hermandad de la Paz, comenzaba el solemne Pontifical de Coronación de la Virgen de la Paz presido por el obispo de Córdoba Demetrio Fernández y concelebrada por miembros del cabildo Catedral, presbíteros vinculados a la cofradía y frailes capuchinos. Quedaban minutos para que se cumpliera el sueño de los hermanos de la Paz. En apenas una hora la Paloma de Capuchinos estaría coronada canónicamente.

La ceremonia

Tras la lectura del evangelio a cargo de Antonio Prieto, vicario general de la diócesis y párroco de San Miguel, el obispo comenzó con su homilía donde, tras hacer alusión a las lecturas del día, destacó que este momento de la coronación canónica de la venerada imagen de María Santísima de la Paz «quedará grabado en la diócesis y la ciudad de Córdoba». El prelado hizo referencia al retraso de la coronación por la pandemia, algo que ha servido «para profundizar en este acto de amor y devoción a la Virgen». 

El prelado recalcó en su homilía que el verdadero valor de la coronación es la obra social que lleva implícita

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El prelado cordobés señaló que en estos días «necesitamos el mensaje de la paz», haciendo un recorrido por la historia de la devoción a la Virgen de la Paz y Esperanza, a la vez que pidió por la paz mundial a través de la mejor intercesora, «la Virgen María».

Demetrio Fernández, tras señalar que la corona que en breves instantes se iba a poner a la Virgen es «como un beso de amor a nuestra madre del cielo», recalcó que el auténtico fruto de la corona es la obra social de la coronación, en esta ocasión, a favor del centro de reinserción de jóvenes en el antiguo seminario de Los Ángeles de Hornachuelos.

El momento esperado

Tras la conclusión de la homilía llegaba el momento esperado procediéndose entonces al rito de la coronación. El capuchino fray Juan Jesús Linares leía el decreto de coronación. A continuación, junto a Carlos Coca, ministro provincial de los capuchinos en España, padrinos de la coronación, acercaron la corona al obispo para su bendición. 

Tras este acto, el obispo se acercó hasta del paso de la Virgen, ubicado en un lateral del altar mayor, para colocar sobre las sienes de la bendita imagen la espléndida corona de oro, cristal de roca y pedrería ejecutada por el orfebre cordobés Manuel Valera. Ya en el interior del palio el obispo ceñía la corona sobre las sienes de la Virgen de la Paz mientras el coro de la Fundación Miguel Castillejo y el cuarteto Averroes, que con gran brillantez acompañó musicalmente la ceremonia, interpretaban el Aleluya de El Mesías de Haendel. Fue entonces cuando un rotundo aplauso inundó las naves de la Catedral. La Virgen de la Paz y Esperanza ya estaba coronada. 

Agradecimiento

Tras la comunión, el hermano mayor de la Paz, Enrique Aguilar, tomó la palabra para mostrar públicamente su agradecimiento a todos los que han hecho posible esta coronación. Finalmente, el obispo, tras felicitar a la hermandad y a los frailes capuchinos, dio la bendición final. A continuación, el coro cantó la Salve con la que se dio por concluida la ceremonia. 

Entre un sonoro aplauso, y a los sones del ‘Aleluya’ de ‘El Mesías’ de Haendel, La Paz recibía la corona

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Al término, la junta de gobierno de la cofradía de la Paz se subía al altar mayor de la Catedral para la foto de familia junto al obispo y los sacerdotes participantes. Ya solo quedaba felicitar al hermano mayor y a la junta de gobierno, como lo hizo, entre otros, el alcalde de la ciudad, José María Bellido, que, junto a varios concejales del Ayuntamiento y numerosas autoridades, estuvo presente en la ceremonia, como también lo estuvo la presidenta de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad, Olga Caballero.

Atrás quedó la incertidumbre de la pandemia. Tras dos años de espera, la Virgen de la Paz y Esperanza ya estaba coronada. La Paloma de Capuchinos, la eterna niña de Martínez Cerrillo estaba ya dispuesta a llenar de paz y esperanza la ciudad, estaba dispuesta a volver a hacer historia con una procesión gloriosa por las calles, que aguardaron expectantes la salida de la Virgen de la Catedral ya como Reina de la Paz y Esperanza coronada. 

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