CAMBIO CLIMÁTICO

De residuo a materia prima

La empresa Diego Romero recupera cada año toneladas de materiales metálicos cuyo destino final son las fundiciones

Los residuos recogidos provienen de sectores diversos como la automoción y la construcción.

Los residuos recogidos provienen de sectores diversos como la automoción y la construcción. / A.J. González

Diario CÓRDOBA

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El ciclo de la denominada economía circular, que apuesta por un modelo de producción y consumo basado en los conceptos de reducir, reutilizar, reparar y reciclar; no sería posible, entre otras, sin la participación de empresas intermedias que recuperan todo tipo de residuos.

Ejemplo de ello es la empresa cordobesa Recuperaciones y Servicios Diego Romero SL, mayorista de chatarra que, procedente de una anterior empresa con décadas de experiencia en el sector, comenzó a operar en el año 2006 en unas nuevas instalaciones ubicadas en el Parque Joyero de Córdoba. Desde ahí extiende su actividad de recogida de todo tipo de materiales metálicos por toda la provincia de Córdoba, y también por las limítrofes Sevilla, Jaén, Málaga y Ciudad Real.

«El objetivo de la economía circular es que el planeta sea sostenible», recuerda Romero

Precisamente, su principal línea de negocio proviene de la recogida de estos residuos que generan otras empresas del sector de la construcción, talleres de automoción, de carpintería, fábricas, etc.; aunque también reciben enseres metálicos procedentes de particulares. Recogida que cada año viene alcanzando tamaños importantes, ya que, por ejemplo, el volumen de residuos metálicos que ha recogido esta empresa durante el pasado año ha sido de unas 5.000 toneladas, con una media de recogida de un tráiler diario de unas 15 toneladas, cuyo destino final son las fundiciones, que actualmente trabajan con materiales 100% reciclados.

No en vano, y como explica el director de esta empresa cordobesa, Francisco Romero, muy pocas fundiciones a nivel europeo trabajan directamente con minerales extraídos de la tierra, y en España no hay ninguna que trabaje con mineral.

De esta manera, mientras que lo que se recoge es considerado un residuo por parte de empresas diversas, tras el proceso de Recuperaciones y Servicios Diego Romero se convierte en materia prima para el sector de la fundición, conformando un verdadero ejemplo de economía circular, como resalta el director de esta firma cordobesa.

Tras su limpieza y clasificación, los metales recuperados se someten a un tratamiento a demanda.

Tras su limpieza y clasificación, los metales recuperados se someten a un tratamiento a demanda. / A.J. González

«El objetivo último de la economía circular -indica Francisco Romero- es que el planeta sea sostenible, que todos los residuos que se generen se recuperen, como en el caso de nuestro sector, donde los residuos metálicos se llevan a fundición, evitando así su extracción en minas como ocurría en tiempos pasados. El mineral que en su día se puso en circulación procedente de una mina, es hoy el que hace ese recorrido de residuo a nueva materia prima, tras un proceso de recuperación y fundición».

Este proceso de recuperación pasa, en primer lugar, por una limpieza y clasificación de los residuos; y después ese material se somete a un tratamiento a demanda de las fundidoras, que solicitan el material a un determinado tamaño, que esté empaquetado, con determinadas características, etc.

Durante el 2022 recogieron 5.000 toneladas de residuos metálicos, un tráiler diario

Desde su experiencia, Francisco Romero asegura que «nosotros tenemos que agradecer a las empresas cordobesas la conciencia que tienen sobre la importancia del reciclaje y recuperación; a esos talleres, industria y sobre todo sector de la construcción, que llevan a cabo la separación en origen de cada material, no mezclándolos, y clasificándolos por residuos metálicos, de plásticos, de cartón, de maderas, etc.; beneficiando así a todos».

En este contexto, Francisco Romero considera que la asignatura aún pendiente es que un mayor porcentaje de la población apueste por la economía circular. «Es necesario mentalizar a más ciudadanos de la importancia de reciclar todo tipo de materiales», afirma. Y eso teniendo en cuenta que, a su juicio, la población cordobesa está muy concienciada, como refleja la actividad de los puntos limpios que tiene la ciudad, e incluso lo que esta propia empresa recoge de ciudadanos cordobeses.

Por otro lado, y dentro de la apuesta por la sostenibilidad de esta firma -y además de colaborar activamente con Ecoembes-, esta chatarrería montó el pasado año placas solares en sus instalaciones, con las que, además del ahorro energético conseguido, ha reducido su huella de carbono. En definitiva, un ejemplo de industria cordobesa que convierte residuos en nueva materia prima, «ya que todo lo que se recicle no hay que extraerlo de la naturaleza», como recuerda su director, que reitera que siempre que se recupera cualquier residuo metálico «es beneficioso tanto económica como medioambientalmente, porque aparte de que no hay que extraerlo de la mina ni usar productos químicos para separar esos minerales extraídos; el consumo de luz, energía y otros recursos naturales siempre será menor».