La última visita cursada al castillo de los condes de Cabra por una representante del Gobierno autonómico, en otras ocasiones del Gobierno central de turno, no debe quedarse en una fotografía más que pegar en ese álbum de instantáneas que en los últimos años se viene confeccionando, por parte de aquellos que se acercan a este enclave no solo patrimonial sino también emocional para todos los egabrenses, al objeto de conocer el riesgo en el que se encuentra. Debe de servir para «retratarse» firmemente con presupuesto procedente de las contribuciones fiscales del bolsillo de los ciudadanos, que ponga fin a una ya vieja demanda de toda una ciudad.