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De Agné a Ania, el Córdoba CF sigue en busca de una vía de salida

El club insiste en la apuesta por el perfil de un ex futbolista con proyección en los banquillos para liderar su plan de retorno al fútbol profesional

Desde la llegada de Infinity, hasta seis técnicos han pasado por la dirección del proyecto blanquiverde

Ivan Ania, durante un entrenamiento de su etapa en el Racing de Santander.

Ivan Ania, durante un entrenamiento de su etapa en el Racing de Santander. / RACING DE SANTANDER

Miguel Heredia

Miguel Heredia

Ex jugador profesional, entre los 40 y los 50 años, con una trayectoria en los banquillos en categorías de segundo o tercer nivel y el punto de ambición necesario para intentar dar el salto con un histórico lleno de urgencias como el Córdoba CF, al que últimamente se le acumulan. De una forma u otra, el grupo Infinity Capital parece haber dibujado su inclinación e insiste en el mismo perfil de inquilinos del banquillo en el plan de salida trazado para abandonar el escenario modesto durante el último lustro, el período más largo en lo que va de siglo alejado del fútbol profesional para los blanquiverdes. El reto, de este modo, queda ahora en manos de Iván Ania, que toma el testigo de un Manuel Mosquera con paso fugaz después de recoger el desorden de la era post Germán Crespo, técnico que disfrutó -y también padeció- el período de permanencia más extenso al mando del Córdoba CF -con un singular registro de triunfos, récords e hitos-, pero que también presenció y participó en la caída libre de la segunda vuelta del pasado ejercicio. ¿Cómo llegaron y qué hicieron los entrenadores de la “era Infinity”?

Raúl Agné, el primero

El desembarco de la actual propiedad, durante el curso 2019-2020 y nutrida con capital bahreiní, se produjo con Raúl Agné en el banquillo califal. El preparador aragonés -la pasada temporada en el Nástic de Tarragona, hasta su destitución en enero- fue el encargado de liderar la empresa del retorno a Segunda División tras el descenso del anterior curso, relevando a Enrique Martín, eso sí, que ostentó el cargo inicialmente durante las primeras nueve jornadas de campeonato. El de Mequinenza, no obstante, tan solo tuteló al cuadro blanquiverde hasta la vigesimoctava prueba del calendario, preludio inmediato a la suspensión de la Liga regular en Segunda División B por pandemia, con el equipo apeado de la clasificación a la fase de play off sobre la bocina y emplazado un curso más -que sería el primero de muchos- a la tercera categoría nacional.

En su saldo, dirigió al equipo en un total de 19 encuentros, con nueve triunfos, cinco empates y otras cinco derrotas, dos de estas últimas, precisamente en la última y penúltima jornada del calendario disputado, ambas en El Arcángel, traducidas en revés ante el Algeciras (0-1) y frente al Cartagena (0-2) para enterrar las aspiraciones de retorno al profesionalismo en una campaña atípica.

Raúl Agné, durante un encuentro del Córdoba CF con él en el banquillo.

Raúl Agné, durante un encuentro del Córdoba CF con él en el banquillo. / CÓRDOBA

Juan Sabas y Pablo Alfaro

Los mandos del proyecto, tras la marcha de Agné, que no prosiguió en el banquillo una vez cerrada precipitadamente la 2019-2020, recalaron seguidamente en Juan Sabas, el elegido para retomar la tarea del ascenso tras la reanudación del circuito competitivo una vez apaciguada -en cierta medida- la crisis social y sanitaria. Su etapa, sin embargo, también se extendió tan solo a los primeros seis compromisos del calendario, cesado con un pobre registro de dos triunfos, dos empates y dos derrotas, insuficientes para un equipo expresamente ideado de cara al salto de categoría. Su testigo, de forma casi inmediata, lo tomó Pablo Alfaro, que sí consiguió dotar de cierta identidad a la escuadra encabezada por Javi Flores, Willy Ledesma o Alberto del Moral en ese momento, o al menos de forma inicial, tras un arranque de tres triunfos en los cuatro primeros encuentros.

El avance de la temporada, con todo, destapó nuevamente las urgencias y fragilidades de un Córdoba CF tambaleante en momentos clave, que de la mano del ex jugador zaragozano tampoco consiguió encontrar el camino de la irregularidad, cerrando con seis victorias, cuatro empates y cinco derrotas en Liga regular. Un balance, así, extremadamente preocupante para diluir la lucha por el ascenso hasta emplazarse a la pugna por la permanencia, llevada también a un escenario singular, con el formato de play off introducido para la reforma de las divisiones RFEF en dicha campaña. El cese de Alfaro -en el San Fernando durante el último tramo del pasado curso- fue inevitable dadas las circunstancias, con la llegada posterior de Germán Crespo, promocionado desde el Córdoba CF B, para hacerse cargo del proyecto durante las últimas tres citas de la temporada, en las que el equipo ofreció una mejoría diametral.

Pablo Alfaro en una sesión de trabajo en El Arcángel durante su etapa como blanquiverde.

Pablo Alfaro en una sesión de trabajo en El Arcángel durante su etapa como blanquiverde. / CÓRDOBA

La “era Germán Crespo”

El comienzo de la etapa del granadino en el banquillo de El Arcángel se produjo precisamente en esos tres últimos enfrentamientos del ejercicio 2020-2021, en los que el preparador consiguió sumar un empate, frente al Tamaraceite (1-1), y dos victorias, ante el Linense (0-5) y el Cádiz B (2-1). Con poco margen, la reacción no pudo traducirse en salvación y el descenso a Segunda RFEF fue inevitable, con el técnico ratificado en el cargo para llevar la sala de máquinas blanquiverde en la búsqueda de volver a los aledaños del profesionalismo en la siguiente temporada.

Ya en el Grupo 4 de Segunda RFEF, de esta forma, de la mano del acuñado “Córdoba CF de los récords”, Crespo consiguió reactivar al reformado bloque hasta el punto de colocarlo líder cacique de la categoría, ascensor directo a Primera Federación -con un mes de antelación- y campeón de la Copa RFEF, comandando la sección andaluza-canario-extremeña con puño de hierro desde la primera hasta la última jornada, junto a un temible registro de 25 encuentros ganados, siete empates y dos derrotas -una de ellas producida en los despachos frente a la UD San Fernando, tras la alineación indebida de Javi Flores por sanción- que resituaron a la entidad en el mapa del fútbol nacional, alcanzando, además, una actuación destacada en Copa del Rey frente al Sevilla en El Arcángel, llevada hasta la prórroga. 

En ese mismo año, adicionalmente, algunas de las nuevas figuras de peso en el cordobesismo comenzaron a labrarse un nombre, con la irrupción de jóvenes como Antonio Casas, Simo Bouzaidi o Carlos Marín en escena.

Germán Crespo siendo manteado por el cuerpo técnico y plantilla del Córdoba CF tras el ascenso en Mérida.

Germán Crespo siendo manteado por el cuerpo técnico y plantilla del Córdoba CF tras el ascenso en Mérida. / LOF / CCF

Lo siguiente fue una entrada estelar en Primera RFEF, con Crespo todavía a las riendas del banquillo califa y una inercia positiva que situó al equipo líder indiscutible del Grupo 1 durante el primer tramo de temporada, justo la recientemente clausurada: la 2022-2023. El granadino, en esa línea, consiguió adaptar su filosofía ofensiva a las exigencias e idiosincrasia de la nueva categoría para colocar a la escuadra a la vanguardia social y deportiva del renovado escalón de plata en el fútbol español, firmando un arranque prodigioso de cinco triunfos consecutivos, diez en las primeras 13 jornadas y a las puertas de quedar “campeón de invierno” pese al bache producido a final del pasado año. Todo ello produjo una renovación grupal del organigrama del banquillo de El Arcángel, con el granadino a la cabeza y blindado hasta 2026 junto también a la dirección deportiva formada por Juan Gutiérrez “Juanito” y Raúl Cámara.

De un momento a otro, no obstante, entre festejos, grandes sensaciones y celebraciones, la dinámica se truncó y llegó la manida “mala racha blanquiverde”, inicio de una etapa gris de juego y resultados que se gestó en la dolorosa derrota frente al Cacereño en Copa del Rey (0-3) y acabó explotando con el revés en Alcorcón (3-0), para dar paso a una tendencia negativa prolongada hasta prácticamente el final de temporada. Desde el cruce ante los alfareros, Crespo tan solo consiguió sumar dos triunfos de los 14 duelos disputados, despegando al equipo de su condición de líder indómito hasta dejarlo emplazado a la zona próxima a la fase de ascenso, aunque sin depender de sí mismo. Las derrotas ante el Pontevedra (2-0) y el Linares (2-1) fueron las gotas que colmaron el vaso de la paciencia en la propiedad representada entonces por Javier González Calvo en Córdoba, activando la rescisión unilateral del contrato del técnico nazarí -con una importante indemnización por medio- para delegar la tarea de reengancharse al play off en Manuel Mosquera.

Germán Crespo, durante su último encuentro como técnico blanquiverde, ante el Linares Deportivo.

Germán Crespo, durante su último encuentro como técnico blanquiverde, ante el Linares Deportivo. / Francisco fernández

De Mosquera a Ania

La recta final del curso 2022-2023 quedó a cargo de un Manuel Mosquera que tampoco consiguió dar con la tecla en sus únicas ocho actuaciones como técnico cordobesista, saldadas con ligera mejoría de inicio, ciertos brotes verdes, aunque con un balance extremadamente pobre de cara a los resultados: tan solo un triunfo y siete puntos de 24 posibles. Como resultado, el Córdoba CF se despidió de un plumazo de cualquier aspiración más noble que la mera permanencia, hasta el punto de dar carpetazo a la agenda regular en la categoría como noveno clasificado, también privado de la opción de acceder a la Copa del Rey del próximo curso. En el camino, igualmente, se produjeron los últimos partidos de iconos blanquiverde como Javi Flores, Miguel de las Cuevas y Willy Ledesma, al igual que la reforma institucional con la marcha de González Calvo y la llegada de Antonio Fernández Monterrubio para asumir la función de consejero delegado.

El desembarco del directivo sevillano, de este modo, ha sido uno de los primeros desencadenantes del nuevo Córdoba CF actualmente en liza, bajo profunda reconstrucción, que tras la marcha de Mosquera ha depositado sus esperanzas en el propio Iván Ania. El entrenador ovetense, tras dos campañas dirigiendo al Algeciras en Primera RFEF, es la elección de la comisión deportiva cordobesa para la renovada ambición del retorno a Segunda División, el “segundo paso”, ajustando su fichaje al perfil deseado -fútbol atractivo, con personalidad, presión, bloque alto y dominador- y empezando a dar las primeras puntadas del nuevo plantel del que dispondrá para el reto.

Iván Ania, a la derecha de la imagen, en el área técnica durante el encuentro frente al Algeciras en El Arcángel de esta temporada.

Iván Ania, a la derecha de la imagen, en el área técnica durante el encuentro frente al Algeciras en El Arcángel de esta temporada. / Francisco González

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