Me llama la atención en su historial esa marcha muy joven desde Moratalaz (Madrid) a Alhama, en Murcia, con 19 años.

Yo era menor de edad todavía, y el negocio de mi padre es el buceo, tiene un centro de buceo. Entonces lo trasladó de Madrid a Puerto de Mazarrón y tuve que abandonar Madrid con mis padres e irme a vivir allí. Continué allí en el fútbol, conseguí un representante que gracias al Murcia, que en primera instancia me ofreció estar a prueba con ellos. A las dos semanas quieren firmarme, pero las negociaciones no llegan a buen puerto, porque el tema económico era inviable, lo que se me pedía con lo que se me iba a pagar. Así que acordó con él buscar un equipo de Tercera de la zona, que estaba más cerca de mi casa y debuté en Alhama en Tercera División como jugador sénior. Y hasta hoy.

¿También le da al buceo?

Es bastante bonita la experiencia. Bueno yo, bucear, no. Mis padres sí, aunque yo tengo un curso, el más básico. Como si fuera primero de Primaria, pues lo mismo tengo yo. No puedo continuarlo más por el fútbol, porque está considerado un deporte de riesgo y no puedes practicarlo.

Llaman la atención sus condiciones físicas, no sé si es así desde que era niño o es que ha practicado muchos otros deportes.

Es cierto que de pequeño, en primer colegio, el Virgen de Atocha, estuve apuntado a artes marciales, a judo y estuve seis o siete años. Lo acabé dejando porque a los 13 o 14 años me empezó a coincidir el fútbol con las extraescolares del judo y yo prefería el fútbol. Y la verdad es que se me daba bien, porque tengo alguna copa de la Comunidad de Madrid en mi categoría y es una experiencia bonita, que además igual me vale de algo también en el fútbol, seguro.

El doctor Bretones, jefe de los servicios médicos, es judoca.

Sí, eso me han dicho.

Ibrahimovic dice que también le sirve el taekwondo.

(Sonríe) Sí, el taekwondo para rematar balones a la altura del larguero, donde no llega nadie.

Termina en el Lorca B, con el que juega el play off de ascenso a Segunda B y de ahí le ficha el Alavés para su filial.

Estábamos en el Lorca B. Tras haber vivido mi primera experiencia en el fútbol sénior en el Alhama, y descender, yo vi el nivel de la Liga y yo me veía recién salido como chaval a jugar con hombres. Noté mucho el cambio físico, cómo se compite, el ritmo de la gente y cuando fiché en el Lorca B, pensé: ‘Jo, en un filial, otro año nos va a tocar sufrir’. Y todo lo contrario, tío. Le pegamos un repaso a todos contra los que jugamos en nuestro campo y terminamos colíderes con el Lorca Deportiva. Caímos en la primera ronda contra el Beasaín, que luego sería uno de mis rivales cuando fiché por el Alavés B.

¿Cómo es lo de llegar al Alavés B?

Al final, mi representante estaría en contacto, al firmar un solo año en Lorca, se movió y dio la casualidad de que el año estaba siendo bueno y hacía goles. La gente se fijaba y entre otras ofertas decidimos que la del Alavés era la mejor, no me lo pensé mucho, la verdad.

Un cambio claramente a mejor.

Sí, claramente. Era la primera vez que ingresaba en una cantera de Primera División y es la única vez que he estado en una también. Es una experiencia bonita que me llevé y es un sueño cumplido.

Un sueño al que volver.

Eso es.

Entrenó con el primer equipo.

Sí, Abelardo me subió un par de veces por semana, pero tampoco mucho, porque no muchos jugadores subían. El lateral, Martín Aguirregabiria, cuando se lesionó Alexis Ruano y no sé quien más, subió y ya se quedó y ahora es jugador de Primera. A eso aspirábamos todos en el filial y tuve la suerte de poder tocarlo. Y me di cuenta de la diferencia que hay. La agilidad mental y la preparación física. Porque calidad, en mayor o menor medida, hay en todos los equipos. Pero la mayor diferencia que noté de estar en Primera a estar más abajo es la rapidez mental, la agilidad física, el estar metido, en la concentración. Como estar el otro día contra el Sevilla. Es lo que marca la diferencia, aparte de tener habilidades innatas algunos jugadores, eso es lo que marca la diferencia.

Pensar rápido.

Correcto.

De ahí se va a Croacia cedido a uno de los clubs controlados por el Alavés.

"Podremos tener algún pinchazo como contra el Villanovense o contra Las Palmas, pero es que mantener el ritmo que llevábamos, creo que muy pocos equipos o ninguno lo hacen, salvo en la élite, como el Real Madrid"

Sí, tenían un club en propiedad en la Primera de Croacia. El NK Istra era un club intermedio para aquellos jugadores que tenían proyección pues que actuaran allí como un paso intermedio para el Alavés de Primera División. Salvo si eras un fuera de serie y saltar directamente del filial al Primera. Allí me di cuenta de la oportunidad que me pudieron dar. Me voy al extranjero, voy a aprender un idioma, maduras futbolísticamente y como persona. Al final juegas más o menos pero te vuelves futbolista. Se notaba que era profesional. Máxima categoría de un país. Jugando partidos contra equipos que estaban en Champions o Europa League, como el Dinamo de Zagreb, Rijeka, Hadjuk Split a veces y la verdad es que la diferencia entre esos equipos y el que estaba yo era grande. Era como si jugase el Córdoba CF contra el Sevilla. Eso te hace mejorar, trabajar duro y te hace perseguir con más ganas tus sueños y el querer ser futbolista y llegar a lo máximo posible.

Me da la sensación de que buscaba eso, por elección propia, ir madurando y no buscar zonas de confort.

Sí, al final, cuando firmo con el Alavés lo hago cuatro años y solo me quedaba un año más de filial. Supongo que la idea conmigo era esa, que luego no se cumplieron por las razones que sean. La intención de llevarme allí era esa, crecer y en el tercer año de contrato me rompí el cartílago de la rodilla. Y la verdad que me tuvieron que parar ellos, porque yo no me enteré y un día entrenando me crujió y me dijeron: ‘Oye, pasa aquí algo’. Agradezco que me operaran allí en Vitoria, con uno de los mejores doctores y me dijo el doctor: ‘¿Cuánto llevas así?’. Y le contesté que un mes y me dijo que era imposible. ‘Eso es imposible, si tienes el hueso cascado, llevarás por lo menos cinco o seis meses’, me comentó. Pero también me dijo que «con la piernas que tengo» tampoco le extrañaba. Me tuvieron que operar y me perdí ocho meses, casi como un cruzado. Pero la recuperé perfectamente y la sensación que tengo es de no haberme operado nunca, por eso lo agradezco.

Hablando de esas piernas. ¿Lo suyo es trabajo o genética?

(Sonríe) Genética. Mira que he ido creciendo, he ido teniendo más, pero la proporción en cuanto a la edad siempre ha sido exagerada. Pero nunca he hecho nada, salvo cuando me lesioné, pero incluso entonces recuperé muy rápido porque lo llevo en la genética. No tengo problemas de roturas fibrilares, por suerte, y espero que siga siendo así. No sé si tendrá que ver el tipo de musculatura, pero estoy bien como estoy.

Termina en Murcia media temporada y se presenta la oportunidad del Córdoba CF este verano.

Sí, tuve otras ofertas para volver al extranjero, pero yo quería volver a relanzar mi carrera en España a ver si era posible. Y creo sinceramente que no me he equivocado en nada en firmar por el Córdoba CF. Estoy super contento y las cosas no me imaginaba que podían ir tan bien a estas alturas. Sí, podremos tener algún pinchazo como contra el Villanovense o contra Las Palmas, pero es que mantener el ritmo que llevábamos, creo que muy pocos equipos o ninguno lo hacen, salvo en la élite, como el Real Madrid. Es un acierto estar aquí, la idea es estar lo más a gusto posible aquí, poder crecer como futbolista y poder llevar al equipo a donde se merece.

No es mala su relación goles-minutos.

No me fijo mucho en eso, la verdad, es cierto que me gustaría jugar más, pero no te regalan el jugar, te lo tienes que ganar, entrenar duro y aquí estamos todos para mejorar. Soy de los que confiían en el trabajo, en el esfuerzo y en la aceptación para mejorar cuando te corrigen. Eso te lleva a crecer y tener más minutos. Es cierto que no tengo todos los minutos de otros compañeros, pero no he jugado poco. He jugado titular todos en Copa menos uno y en liga he alternado. Podría llevar más goles de los que llevo si no fuera tan cafre, pero no me puedo obsesionar ni ofuscar con eso. Al final los goles llegan y soy de los que creen que las oportunidades te las tienes que trabajar pero que al final te llegan. Estoy contento, llevo cuatro goles y espero aportar muchos más.

"Creo sinceramente que no me he equivocado en nada en firmar por el Córdoba CF. Estoy súper contento y no me imaginaba que las cosas podían ir tan bien a estas alturas"

¿Cafre? ¿Por qué?

Pues porque me pongo a pensar en algunas definiciones como la que tuve ante el San Fernando a portería vacía y pensé que no fallé eso en mi vida, pero para todo hay una primera vez. O el otro día en las palmas un mano a mano decisivo y bueno opté por uan vaselina porque hablábamos de que iba al suelo muy rápido en la primera parte. Si no tiene sla oportunidad no la fallas. Peor sería no tener las oportunidades. Hasta el momento las estoy teniendo y acabarán entrando.

¿Se siente más cómodo como nueve?

No es cómodo. Entiendo que jugar de banda es otro trabajo. Por ejemplo, antes de empezar de delantero, Alfonso Berenguer, en el Moratalaz me dijo que era delantero, antes jugaba en banda. Con Julio Algar, que lo tuve en el Lorca B y luego en el Murcia también jugué en banda. Considero que mi posición es nueve puro, creo que tengo las condiciones, aunque también pienso que tengo polivalencia para jugar en bandas, sea por velocidad o lo que sea. Este año es la primera vez que he jugado de mediapunta. De mejor o peor manera creo que tengo esa polivalencia porque te da esa posibilidad de jugar y eso es bueno. Al míster le gusta y me habla para corregir cosas y mejorar y Óscar también me da consejos para potenciar mis habilidades. En un equipo como el nuestro, que tiene más la posesión, no me disgusta nada jugar en la banda. A la hora de hacer goles estás más cerca del área jugando de delantero, pero tal y como jugamos, al estar en banda también tengo opciones de estar dentro del área. Los dos últimos goles que marqué, uno fue como delantero y otro como extremo. Lo importante es llegar al área y como físicamente voy bien no me importa jugar en banda o de delantero.

¿Físicamente siempre ha estado así o este año está aún mejor?

Es cierto que me cuido más ahora… Antes no es que me cuidara mal, pero no todo lo bien que se puede cuidar uno. Ahora me he tratado de esforzar más. Igual tiene algo que ver en cuanto al rendimiento. También es cierto que la dinámica de llevar mucha tralla en los entrenamientos... Yo recuerdo que en el Alavés nos machacaban día tras día, sesión de gimnasio todos los días y yo me sentía mejor que la media, muy bien en el campo. Cuando no me meten mucha tralla siento que no acabo de arrancar, como que no es suficiente para que yo me ponga bien. Eso lo noté aquí. La pretemporada me parecía algo leve, con muchos partidos, pero no carga de esfuerzo como tal. Pero mira, quizás por eso ahora estamos así de bien. Es cierto que físicamente me encuentro muy bien ahora. En los minutos finales de algún partido algunos calambres tengo, pero eso no me impide jugar ni rendir y cuanto más juegas, más ritmo tienes. Al haber estado teniendo partidos miércoles-domingo-sábado, entre la Copa RFEF y la Copa del Rey, que ya se han acabado, también hemos tenido la oportunidad en el equipo de jugar en mayor o menor medida. Y eso te mantiene dentro del ritmo de juego de todos. Y físicamente creo que voy bien, pero me gustaría estar mejor aún y trabajo para ello.

Adrián Fuentes, en la estatua de Séneca y Nerón. A.J. González

¿Está pagando el equipo un poco ese esfuerzo, esa cantidad de partidos?

Bueno, sí, puede ser. A lo mejor. Porque recuerdo por ejemplo a Álex Bernal, que antes de lesionarse lo jugó todo, los últimos seis u ocho partidos seguidos, 90 minutos, al final si tú anteriormente no has estado acostumbrado a eso, tarde o temprano acabas estallando. O si no te cuidas lo suficiente para ello, que no digo que no lo haga él, que seguro que lo hace, es que al final por algún lado acaba rompiendo. Mira Ekaitz, vuelve de su lesión hace dos meses y no ha parado de jugar 90 minutos todos los partidos. El otro día, 120 con el Sevilla y al final pues tienes un pequeño amago de romperte o te rompes o te lesionas. Al final es que eso depende de nosotros en cuanto a descanso y alimentación. Porque en cuanto a trabajo es lo que te manden en el club y al final tienes que adaptarte. Entonces, en ese sentido, sí puedo decir que soy afortunado de que no me he lesionado hasta el momento. Y es cierto que algunos compañeros han recaído de lesiones, como Miguel de las Cuevas o Viedma, y al final me pongo en su situación y es complicado. Al final también quieres estar, ves que la plantilla va bien, fuerzas y al final vuelves a recaer y te molesta. Los ves como los veo yo y dices ‘qué mala suerte’, pero al final es fútbol y es lo que toca. A lo mejor luego volverán y no se lesionarán en tres años, nunca se sabe. Nos apoyamos entre todos y lo que pueda ser para mejorar pues ahí estaremos.

¿El mayor rival del Córdoba CF es el mismo Córdoba CF visto lo visto?

El mayor rival es cada fin de semana, pero si hablamos en cuanto a crecernos como equipo, pues sí que somos nosotros nuestro mayor enemigo. Pero por la simple razón de que estamos llevando una dinámica tan buena que a nada que nos durmamos o nos relajemos se nos puede volver todo en contra. Y cambiar totalmente el ambiente en cuanto a lo deportivo, lo anímico, en todos los sentidos. Así que sí, en cierto modo somos el mayor enemigo de nosotros mismos.

¿Se puede pensar en este Córdoba CF, el actual, para mirar el fútbol profesional en relativamente poco tiempo y con usted?

Jo… La verdad es que yo mi futuro no lo estoy pensando. Yo vivo el presente, el día a día y la verdad es que no sé… Estoy muy cómodo aquí. La verdad es que no me esperaba… Yo, estando en Croacia he jugado en estadios prácticamente llenos y era bonito, pero aquí, pertenecer al Córdoba CF, yo no me imaginaba esto. He estado en el Murcia, que también es un club histórico, que está en la situación en la que está, algo como el Córdoba CF de no estar en el fútbol profesional. Y pensaba que cuando yo salgo por el túnel de vestuarios para jugar o para ir al banquillo o incluso desconvocado por lesiones o lo que sea, me siento en la grada y veo cantar el himno a todos, con el estadio casi lleno o con un 80% de público, o como el día del Sevilla, que estaba hasta arriba. Pensaba: 'Joder, qué orgullo jugar aquí, que te sientes futbolista, te sientes querido, arropado y eso te hace pensar que quieres más y quieres dar más y quieres responder de la misma manera que te responde la grada’. Entonces, no sé. ¿El futuro? Pues el futuro lo irá diciendo, lo irá marcado imagino que mi rendimiento, pero sí, por qué no. No lo sé.