La oenegé Save the Children alertó este jueves de que un 15,2 % de los niños que residen en Andalucía, unos 238.465, lo hacen en hogares que no pueden mantener una temperatura adecuada en invierno porque sus familias no disponen de calefacción o no pueden hacer frente a gastos de electricidad y gas.

En una nota, la asociación hizo referencia a los últimos datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, donde se refleja que se ha producido un incremento que niños en esta situación de casi seis puntos con respecto al año anterior. «Vemos cómo no paran de crecer los hogares en situación de vulnerabilidad que no ponen la calefacción porque no pueden pagar la factura o que la ponen menos de lo que deberían para evitar pagar facturas que no pueden asumir», aseguró Irene Santos, portavoz de Save the Children en Andalucía. La oenegé elaboró un análisis sobre cómo afecta la pobreza energética a familias con hijos en toda España, y denunció que el bono social «no está llegando a todas las familias que lo necesitan». En este sentido, alertaron de que las familias con hijos «afrontan más situaciones de endeudamiento ya que priorizan su bienestar». Entre las consecuencias que provoca la pobreza energética en la infancia, Save the Children advirtió que produce «un efecto dañino en la salud física», y que afecta también «a la salud mental» de los niños. También la seguridad queda en entredicho en viviendas donde la precariedad energética provoca una falta de seguridad que se traduce en incendios.

Para paliar esta situación, la oenegé pidió que se conviertan en permanentes las ayudas temporales de emergencia, una reforma del bono social para que se asigne automáticamente a familias por debajo del umbral de la pobreza, así como apostar por la rehabilitación de edificios.