Endesa desconectó este jueves los principales equipos de generación de la central térmica Litoral de Carboneras tras casi cuatro décadas en marcha en las que ha producido unos 183.628 gigavatios hora (GWh), equivalentes al consumo de electricidad de Andalucía durante 4 años y medio.

Así lo indicó el director general de Endesa en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, Rafael Sánchez Durán, antes de la visita a estas instalaciones que precedió al acto en sí de apagado, realizado de forma material por Javier Romero, trabajador en esta central desde hace 38 años.

Sánchez Durán dijo que tras la desconexión de esta central a la que Endesa tiene un «cariño especial» toca plantearse retos de futuro, recordando que el ‘Green Deal’ busca un escenario neutro en carbono para el 2050, si bien la compañía eléctrica pretende la descabornización plena de todos sus parques para el 2040.

«Cerramos hoy la última central de carbón en Andalucía, la tercera en un proceso de cierre ordenado», añadió, insistiendo en que es un «paso adelante en el proceso de transición justa que Endesa está promoviendo en toda España», con el cierre de las centrales térmicas de Andorra (Teruel), Compostilla (León) y la tramitación de la de As Pontes (A Coruña).

En Carboneras este proceso de transición justa tiene también como objetivo sustituir la capacidad de generación de esta central térmica por tecnologías limpias y renovables en la provincia.

Así, apuntó que Endesa pretende producir entre el 2022 y el 2023 unos 4.000 megawatios renovables, incidiendo en que en Almería se pretende sustituir los 1.159 megawatios de potencia de la central con 1.500 megawatios de renovables. Esto supondrá una inversión de unos 1.200 millones de euros de inversión y la creación de más de 2.000 empleos equivalentes durante la construcción y del entorno de 400 en la fase de operación y mantenimiento. «Vamos a seguir siendo pioneros con un cierre en el que se generará de nuevo empleo local, llevando a cabo cursos de formación y buscando el desarrollo de iniciativas que permitan un nuevo futuro para la zona», mantuvo.

Por su parte, el director de la central, Juan Luis Redondo, relató los principales hitos históricos de la central y se refirió al plan Futur-e, que pretende mitigar el empleo de este cierre sobre la población local. Subrayó que se ha puesto en marcha un concurso internacional con más de 3.000 impactos que se ha traducido con la recepción de 14 propuestas vinculantes de 10 promotores diferentes que se han presentado al concurso internacional del Plan Futur-e.

El proceso de desmantelamiento en sí puede durar entre 4 y 6 años, tendrá un coste de unos 60 millones de euros y generará 82 empleos directos. Además, el 90 % de las 220.000 toneladas de material demolido será valorizable.

Finalmente, Sánchez Durán dijo que el progresivo cierre de centrales térmicas por parte de la compañía entre 2021 y 2027 debería contribuir de forma paulatina a una bajada del precio de la energía eléctrica, toda vez que la entidad prevé sustituir estas fuentes por otras renovables con un aumento de potencia. «Estamos presionando para que ese proceso sea rápido», aseguró.