Hacía semanas que -pin parental y otras cuestiones mediante- las amenazas de Vox invitaban a los máximos responsables del Gobierno andaluz a dormir con un ojo abierto. Finalmente, la fuerza de derecha ha tensado del todo la cuerda y exige un adelanto electoral en Andalucía, por lo que su apoyo parlamentario al Ejecutivo autonómico del PP y Cs quedaría en el aire o, cuando menos, más condicionado que nunca a sus dictados. El detonante no ha sido otro que la moción de censura cocinada por PSOE y Cs contra el PP en Murcia y el anuncio se enmarca en la orden dada -tras señalar como culpable al partido naranja de Inés Arrimadas- por su líder nacional, Santiago Abascal, para romper la estabilidad en las comunidades en las que tiene la llave: Andalucía, Madrid y Castilla-LeónestabilidadAndalucía. En la región andaluza, la respuesta a la onda expansiva de la comunidad murciana no se hizo esperar y el presidente Juanma Moreno, recordó enseguida en su cuenta de Twitter que "en estos tiempos de grave crisis sanitaria, social y económica necesitamos gobiernos estables". "Lo más razonable es que todos estemos centrados en lo urgente: superar la pandemia, apoyar a los sectores afectados y avanzar en la recuperación, es lo que esperan los ciudadanos", subrayó Moreno.

La consigna de Abascal encontró, enseguida, un amplificador territorial en las palabras del portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Alejandro Hernández, quien dijo que "si en Andalucía se convocan elecciones será por culpa de Ciudadanos". Hernández llegó a asegurar que el partido naranja "está buscando socio para su suicido". "Lo que no se puede hacer es echarle la culpa a Vox de los problemas que tienen otros partidos, si aquí hubiera elecciones tendría que ver con la fragilidad del gobierno, con la situación volcánica de Ciudadanos y no con la actitud de Vox; Ciudadanos es una fuerza poco fiable, ya la liaron en 2015 por mero tacticismo apoyando una investidura de Pedro Sánchez", aseveró.

El órdago de Vox también provocó una respuesta rápida en el partido naranja. El portavoz de Cs en el Parlamento andaluz, Sergio Romero, insistió en que la situación de Murcia, "no es en absoluto extrapolable a la del Gobierno andaluz de PP y Cs". "Alejandro Hernández habla de elecciones en función de intereses, encuestas y de si se sube o se baja en ellas; me parece vergonzoso y no voy a entrar en ese juego de quinielas y política ficción cuando nos encontramos en plena pandemia y a mitad de la legislatura más dura de Andalucía", añadió.

Tiempos de estrategia

Cuando todavía falta algo menos de dos años para que se agote la legislatura andaluza, las tres herramientas del Gobierno del cambio andan inmersas tanto a nivel regional como nacional en estrategias dispares, que no esquivan un 'cuerpo a cuerpo' en todos los cruces que admiten estos tres bandos políticos. El PP se debate entre el peligro del avance electoral de Vox y la hipotética necesidad de incorporarlo como principal socio tras los comicios por el previsible retroceso naranja. Ciudadanos, en cambio, ha regresado a su esencia de partido bisagra y poco tiene que ver la relación de Arrimadas con el PP con la sintonía que mantiene su líder regional Juan Marín. Y Vox va a por todas, después del resultado de las elecciones catalanas, con una más que posible táctica encaminada -tras lo que se vio el 28-F- a proyectar como candidata a la presidencia de la Junta andaluza a la alicantina Macarena Olona, que ya fue elegida como diputada nacional en la provincia de Granada.

La petición de un adelanto electoral esgrimida por Vox choca frontalmente contra el mensaje reiterado en las últimas semanas tanto por el presidente andaluz, Juanma Moreno, como por el portavoz de su Gobierno, Elías Bendodo. Precisamente, en una entrevista concedida esta misma semana a La Opinión de Málaga, Bendodo recalcó que no se contempla la convocatoria anticipada de comicios "porque los andaluces no lo entenderían". "Tenemos un presupuesto aprobado para 2021 y lo único que contemplamos es, evidentemente, cumplir la legislatura que concluye a finales de 2022", enfatizó.

Bendodo llegó a defender la utilidad de Vox como "un partido que apoya parlamentariamente al Gobierno andaluz y ha sido una de las tres herramientas del cambio". No obstante, sus elogios decayeron cuando argumentó la imposibilidad de que se produzca un 'sorpasso' en la derecha: "El votante de un PP moderno y centrado no es compatible con el voto a Vox. Pero el votante de Vox sí es compatible con poder votar al PP. Esa es la gran ventaja con la que cuenta el Partido Popular", señaló.

Sin embargo, estas últimas impresiones no sentaron bien en el seno del grupo parlamentario andaluz de Vox, que publicó en Twitter un mensaje en el que se le invitaba a Bendodo a "seguir con esa prepotencia". "Más grande será la sorpresa que se lleve en las próximas elecciones", apuntaban en esa misma dirección.

Tales rencillas ilustraban lo revuelto y cambiante que anda el patio de la política andaluza. Incluso, esta misma semana el presidente Juanma Moreno le abrió la puerta a la posibilidad de una alianza electoral entre el PP y Cs y a uno de los promotores de la iniciativa, el vicepresidente andaluz Juan Marín, no le quedó otra que descartarla para alinearse con el discurso de la presidenta nacional de su partido, Inés Arrimadas. Los frentes abiertos son innumerables. El tiempo dirá en qué realidad desemboca el terremoto político.