El último apartado de la propuesta andaluza se refiere a la consolidación fiscal y la financiación autonómica, donde Griñán critica el "esfuerzo asimétrico" que exige el Gobierno a las comunidades autónomas para reducir el déficit "cuando son las que sostienen el Estado del bienestar" y aboga por "repartir responsabilidades entre los ingresos y los gastos". Tras subrayar la "asimetría especialmente grave" que se produce en la amnistía fiscal, el presidente andaluz defiende un "replanteamiento profundo del sistema tributario, especialmente de la imposición indirecta", que no pasaría por "más impuestos", sino por una nueva "arquitectura impositiva que reduzca el sobreesfuerzo que recae sobre las rentas salariales, singularmente sobre las clases medias" que incluiría la "recuperación" del impuesto de patrimonio --"aún con modificaciones para mejorar su progresividad"-- o la creación de un nuevo impuesto sobre grandes fortunas, "que sería más acertado".