La semana que ha echado el cierre ha sido muy difícil para el Gobierno andaluz de izquierdas, que está recién constituido. El martes, la consejera de Hacienda presentó el mayor recorte de la autonomía, un tijeretazo de 2.500 millones al Presupuesto --y otros mil millones que vendrán por nuevos ingresos-- para poder situar el déficit en el 1,5% este año. El jueves, Carmen Martínez Aguayo sometió en el Consejo de Política Fiscal y Financiera el plan de ajustes andaluz al severo examen del Ministerio de Hacienda, que aprobó a Andalucía in extremis, después de un tenso pulso. Una vez que la comunidad ha pasado la criba --aún así tiene que recortar otros 200 millones--, llegó la hora de los reproches.

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, alzó ayer la voz contra el Gobierno de Rajoy, al que acusó de "fundamentalista", por "discriminar" a Andalucía. Denunció que a la comunidad se le pida un "esfuerzo injusto" de recortes y que el Ejecutivo la coloque "en el punto de mira" mientras "calla" sobre el déficit oculto de Madrid o Valencia, gobernadas por el PP. "Vamos a seguir peleando con el Gobierno para que vea que hay un trato desigual con Andalucía", sentenció Griñán en un acto con cargos orgánicos en Málaga que escenificó el apoyo del líder del PSOE-A al secretario provincial, Miguel Angel Heredia. El presidente insistió que "no es justo" que a Andalucía, que representa el 14% del déficit de todas las comunidades, se le exija el 21% del ajuste total. Tampoco compartió el nivel de exigencia a Andalucía "teniendo un endeudamiento histórico que es la mitad de las demás comunidades" y cuando el Ejecutivo "le debe aún 1.500 millones" por el déficit inversor del 2008 y el 2009.

Griñán criticó el doble rasero del Gobierno central hacia Andalucía, gobernada por PSOE e IU y único referente de la izquierda, respecto a las comunidades del PP. Afirmó que cuando Rajoy llegó a la Moncloa, él y su gabinete "tenían preocupación con Andalucía y no con Madrid y Valencia". "No parece justo que callando lo de Madrid y Valencia, sitúen en el punto de mira a Andalucía", censuró. El presidente reconoció que las dudas sobre el estado de las cuentas andaluzas hizo que la comunidad "no pudiera colocar deuda" porque los mercados se le "cerraron". El líder de los socialistas andaluces pidió a Arenas que "defienda a Andalucía y no a Rajoy".

El presidente reiteró que Andalucía cumplirá con los ajustes por "responsabilidad", pero aclaró que el "95% vienen impuestos" por Rajoy. Reconoció que a los funcionarios --a los que se le baja el sueldo un 5% y un 15% a interinos, igual que baja su jornada-- se les pide un "enorme sacrificio" para que "no se produzcan despidos" y para blindar los servicios sociales. Griñán situó a la educación como la prioridad de su Gobierno y dejó claro que ahí no habrá recortes. Denunció "presiones" del Ejecutivo para deteriorar la educación pública, como la impugnación de las oposiciones a profesor, y presumió de que Andalucía no vaya a subir la ratio por alumno.