En El Carpio la Semana Santa comenzó con el recorte de la procesión de La Borriquita, pero los días siguientes se vivieron con intensidad. El martes salieron los Pequeños Costaleros. Fue a las 20.00 horas, desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y trasladaban sobre su trono a costal una imagen de Padre Jesús Amarrado a la Columna. A pesar de las inclemencias del tiempo, los jóvenes cofrades realizaron el recorrido previsto con fervor y con la ilusión de una pequeña cantera que pone de manifiesto que el futuro de la Semana Santa carpeña está garantizado. El jueves hizo su estación de penitencia la cofradía del Prendimiento, con los pasos de Jesús del Prendimiento y la Virgen del Amor. Tras su salida de la iglesia de la Asunción, uno de los momentos más esperados de la noche fue la escenificación de la traición de Judas y el prendimiento de Jesús en la plaza de Blas Infante, protagonizada por el Imperio Romano y los apóstoles para, posteriormente, proseguir su recorrido tradicional en una noche mágica para los cofrades carpeños. El viernes por la madrugada salió la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima Nazarena. Por la noche hicieron estación de penitencia la Virgen de los Dolores y el Santo Sepulcro, no sin antes ver salir al Cristo de la Misericordia, María Santísima de los Desamparados y San Juan Evangelista. Anoche le tocó el turno a la Soledad, cofradía fundada en 1588 y de la que solo forman parte mujeres, muchas de las cuales acompañan a la imagen titular ataviadas con mantilla. El Resucitado salió a las 12 y se recogió a las 14 horas. En Cañete hubo una gran semana, con momentos que dejaron huella entre todos los asistentes, siendo una de las localidades que más contenido ofrecen, desde el Domingo de Ramos al de Resurrección.