El primer trimestre del curso de la Escuela de Danza de El Carpio, regentada por Anabel Sánchez Gavilán, se ha saldado con la exitosa puesta en escena de una divertida versión del archifamoso ballet El Cascanueces , de Tchaikovski.

La representación tuvo lugar en el Teatro Municipal el pasado 29 de diciembre y en ella, bajo la dirección de la profesora Anabel Sánchez, desfilaron sucesivamente sobre las tablas los alumnos, cuyas edades oscilan entre los 4 y los 12 años: unos jovencísimos actores que interpretaron, ya individualmente, ya en grupo, diversos sketchs disfrutando del baile.

La escuela ha nacido con el objetivo, entre otros, de popularizar la danza, en la creencia, según manifiesta la monitora, de que no debe ser considerada una actividad elitista. Uno de los instrumentos usados en su enseñanza cotidiana consiste en aunar coreografía y pedagogía, hasta el punto de que Anabel Sánchez denomina al proyecto "escuelaidanza", en un intento de reafirmar el carácter pedagógico de la danza clásica.

Se constata que esta interesante experiencia, en la que se han inscrito este curso una veintena de alumnos, está funcionando bien tras un año de vida y al resultado visible me remito: los protagonistas estuvieron seguros y entregados en el escenario, generando buenas vibraciones que lograron transmitir al público, al que también contagiaron de su entusiasmo. Seguro que todo fue obra de la varita mágica del Hada de Azúcar, que ha comenzado a esparcir su sueño bailable.