Proyecto financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica
La Universidad de Córdoba lidera el plan nacional para combatir la invasión del siluro en los ríos y pantanos
Los expertos achacan la proliferación de esta especie a los «intereses» por su pesca deportiva
Los investigadores estudiarán sus hábitos y zonas de expansión en el Guadalquivir hasta 2025
La lucha para controlar la población del siluro, especie invasora en ríos y embalses que amenaza la fauna autóctona, tiene su base de operaciones en la Universidad de Córdoba. Esta institución, junto a las universidades de Oviedo, Sevilla y el Instituto de Formación e Investigación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), lidera el proyecto nacional para minimizar el impacto de este pez, de origen centroeuropeo, puesto que su erradicación «es imposible», tal y como afirma el coordinador general del proyecto y catedrático del departamento de Zoología de la UCO, Carlos Fernández.
Y todo porque la especie ha empezado ya a reproducirse - con una fecundidad que varía entre los 14.600 y 354.000 huevos al año, en función del peso -, y se encuentra adaptada a los cauces españoles.
Además, Fernández aporta otro dato más que dificulta su erradicación, como es la expansión de la especie por los ríos y embalses por personas con intereses en su pesca deportiva. «Detrás de la invasión de esta especie hay mucha intencionalidad», afirma el responsable del proyecto, quien apunta que «es cuestión de tiempo» que llegue al tramo urbano del río Guadalquivir a su paso por Córdoba.
La pesca deportiva de esta especie y su comercialización para consumo está prohibida en España. Fernández señala que al ser animales de gran peso habría que realizar estudios sobre el almacenamiento de metales pesados, que ponen en riesgo la salud.
Peligro para la fauna autóctona
Actualmente esta especie está presente en el pantano de Iznájar y tramos del Guadalquivir en el término municipal de Palma del Río y la sevillana localidad de Lora del Río. Aunque los estudios se centran en toda la cuenca se están intensificando en la zona de Doñana y el Bajo Guadalquivir por el peligro que supone este depredador, que incluye en su dieta peces, anfibios, aves y pequeños mamíferos.
En esta primera fase del estudio, que durará hasta febrero de 2025, se intentará hacer una radiografía del impacto de esta especie invasora, así como localizar las zonas donde está asentada y conocer sus hábitos. A partir de aquí se elaborará un plan para el Ministerio para la Transición Ecológica , que es quien financia este proyecto, de cara a su aplicación en todo el territorio nacional para controlar la población de siluros.
Pez gato
Por otro lado, el responsable de este proyecto indica que existe mucha confusión entre el siluro y el pez gato, una especie también presente en el rió Guadalquivir y de la que se tiene constancia en el tramo urbano desde 2022. Este pez invasor, de menor tamaño que el siluro, también supone una amenaza al ser un depredador de otras especies autóctonas.
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