ENTREVISTA | Isabel López Infante Vicepresidenta de Fademur Córdoba

«Es muy importante incorporar mujeres jóvenes al medio rural»

«En las políticas agrarias estamos más plasmadas en la normativa que en la vida real», afirma

Isabel López Infante, vicepresidenta de Fademur Córdoba.

Isabel López Infante, vicepresidenta de Fademur Córdoba. / Manuel Murillo

Rafael Valenzuela

Rafael Valenzuela

Isabel López Infante es la vicepresidenta de Fademur Córdoba, una Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales de la provincia. Actualmente está constituida por seis asociaciones de ámbito comarcal.

¿Cuales son los objetivos de Fademur?

Representamos los intereses de las mujeres rurales en la provincia. Formamos parte de una organización regional y lo que pretendemos es constituir una red de federaciones de mujeres rurales.

¿Qué entienden ustedes por mujer rural?

Son mujeres que viven y trabajan en el medio rural, con lo difícil que es a veces definir lo que es el medio rural. Son personas de distintas edades, de distintos estamentos, que viven fundamentalmente en municipios de la provincia, pero hay mujeres que viven en municipios de 1.000 habitantes y otras que residen en Lucena o en Priego, que son mayores.

¿Trabajar en el medio rural se circunscribe sólo a quienes trabajan en actividades agroganaderas o no necesariamente?

No necesariamente. Son personas que desarrollan su vida en el medio rural. Tenemos socias que son agricultoras, otras que son ganaderas, otras asalariadas, pero también las hay que se dedican al sector servicios, desempleadas o amas de casa y las que atienden a personas dependientes.

¿Cuáles son las reivindicaciones de Fademur en Córdoba?

La mujeres del entorno rural tienen problemáticas que se comparten con las ciudades, pero otras, no. Uno de los temas que nos preocupa especialmente es el empleo, las condiciones de trabajo de las mujeres en el medio rural. También el envejecimiento que estamos sufriendo, la dependencia, el despoblamiento... Tenemos muchas socias que están trabajando y tienen personas dependientes a su cargo. También nos interesa el tema del empoderamiento. Estamos intentando que nuestras socias sean capaces de crear empleo, darse de alta de autónomas y sensibilizar sobre esos asuntos.

Hay una cuestión de la que siempre se habla en materia laboral de las mujeres y es la de la brecha salarial.

Es una brecha que existe en todos los sectores y en el medio rural también. Hay diferentes estudios que indican que la brecha salarial en el mundo rural es muy importante. La mayoría de las mujeres están en los sueldos más bajos, son asalariadas o son propietarias de explotaciones de menor superficie. Hay una brecha salarial importante en el medio rural también.

Hay un reto en el mundo agroganadero que es el la incorporación de los jóvenes al sector. Para la mujer ¿no es otro reto importante incorporarse en igualdad de condiciones al varón?

Sí. Yo creo que una de las cosas en las que está trabajando todo el mundo es en incorporar jóvenes al medio rural, pero además es muy importante incorporar mujeres jóvenes al medio rural. Porque el medio rural, en la parte de la población activa, está bastante masculinizado, mucho más que en el entorno urbano. Entonces, es importante incorporar mujeres al sector agrario. En este caso, en los últimos años se están haciendo importantes avances. Según los últimos datos que dio la consejera, de las ayudas del último año, casi el 40% han sido para mujeres; de los cursos de incorporación de jóvenes a la empresa agraria, más del 30% está siendo de mujeres, pero sigue poco.

Uno de los asuntos que también ha citado usted es el de combatir el despoblamiento. Desde su organización ¿qué propuestas hacen para ayudar en este objetivo?

Bueno, como he dicho antes, el medio rural está muy masculinizado y la forma de crear un medio rural con pueblos sostenibles es que haya una buena calidad de vida tanto en los hombres como en las mujeres. Lo primero es contar con un trabajo y un salario que te permita tener calidad de vida. Y también disfrutar de ocio, de buenas comunicaciones. Muchas socias de quejan del mal funcionamiento del transporte público en muchos municipios. Es cierto que puede haber más calidad de vida en el sentido de mayor tranquilidad, pero la gente joven que está muy bien formada y tiene capacidad de emprender, con esas limitaciones acaban marchándose a pueblos mayores o a la ciudad.

¿Y la digitalización?

Ese es uno de los temas que estamos trabajando mucho y el de la brecha que también existe de acceso a internet en muchos pueblos. Ahí se ha avanzado muchísimo. Antes había muchos municipios que no tenían una buena calidad de red de fibra y ahora la tienen y eso está permitiendo que mujeres emprendedoras comercialicen online, que teletrabajen y, en fin, que está habiendo muchas posibilidades, pero seguimos teniendo carencias en ese terreno.

Este año ha entrado en vigor la nueva PAC, ¿tienen las mujeres en las políticas agrarias el peso que debieran tener?

Creo que se han producido avances. Por ejemplo, en lo referente a la agenda 2030 que defiende la igualdad entre hombres y mujeres y el empoderamiento de la mujer, lo considera como objetivo estratégico, pero no se ha conseguido el 100%. Es verdad que en los últimos años, en las políticas de ayudas y subvenciones se está baremando más si es una mujer joven que se incorpora al medio rural, pero queda bastante por hacer. Estamos más plasmadas en la normativa que en la vida real.

Siempre se habla de la menor presencia de la mujer en el sector, pero ¿qué presencia tienen en las organizaciones agrarias?

En los último años ha habido una incorporación importante de las mujeres como responsables de explotaciones, aunque siguen estando en torno al 30% del total, hay muchas socias en cooperativas pero muy pocas en los consejos de dirección o como presidentas, hay más mujeres socias de las organizaciones profesionales pero pocas en las ejecutivas.

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