Diario Córdoba

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MAL AÑO PARA UN SECTOR QUE AGLUTINA A MÁS DE 300 FAMILIAS EN LA PROVINCIA

Desánimo en la apicultura cordobesa por la escasa cosecha de miel

La campaña, con un 80% menos, es una de las peores por el efecto del clima en las abejas | Los productores mantienen sus colmenas aportándole alimentación

Colmenas en una explotación del parque natural de la Sierra de Cardeña y Montoro, durante este mes de septiembre. CÓRDOBA

La última campaña de producción de miel en la provincia de Córdoba ha sido muy mala en este 2022 y el problema es que no sólo se limita esta situación a este año, sino que se viene arrastrando desde ejercicios anteriores. Hay productores que no han podido obtener prácticamente miel. En el periodo que va de abril y hasta finales de julio o principios de agosto se han venido desarrollando las campañas de producción, que en esta ocasión se dio por finiquitada incluso antes del verano.

El representante del sector de la apicultura de COAG Córdoba, Lorenzo Ruiz, señala a este periódico que el ejercicio ha sido «el más bajo» en los 40 años que lleva dedicándose a esta producción. El principal motivo es el clima, «ya que el tiempo que nos convenía ha ido justo al revés», con un febrero caluroso, con las lluvias, el frío y las heladas de marzo y principios de abril y con temperaturas muy altas desde principios de mayo.

Lorenzo Ruiz destaca que «el mal tiempo de comienzos de primavera hizo que el invierno volviera a llegar para las abejas en plena primavera y por eso bajó su actividad». Ya la pasada primavera, por ejemplo, la miel de romero fue prácticamente inexistente. Además, las escasas precipitaciones registradas y el periodo de sequía está influyendo también en la floración.

Por otra parte, el continuo calor de este pasado verano obligó a los apicultores a llevar agua cerca de las colmenas, con un producto sensible al calor como la cera.

Con este panorama la producción media de miel en Andalucía ha caído un 80% con respecto al año anterior. Ruiz asegura que salvo un productor de la zona de Cardeña, donde llovió más «y ha tenido una producción normalita», el resto lo ha tenido complicado en zonas como Hornachuelos o la Campiña.

Al descenso de la producción se le suma el aumento de costes como el gasóleo, necesario para el desplazamiento por caminos hasta las colmenas o la comida de mantenimiento que hay que emplear cuando la floración no es suficiente, como viene ocurriendo este año.

Precisamente, en este comienzo del otoño, aún con insuficientes precipitaciones, el representante de COAG explica que, «mientras no llueva lo suficiente, los gastos siguen subiendo» y la tarea ahora es «mantener las colmenas y procurar que no se mueran las abejas». Para alimentarlas se emplea una especie de pasta que viene en unas bolsas que están perforadas para que puedan acceder fácilmente a ese producto. Las expectativas pasan porque llegue la ansiada lluvia en mayor cantidad y continuidad «para que la vegetación se recupere y en estas fechas serían el romero y el madroño las fuentes de alimentación».

Más de 300 familias viven en Córdoba de la producción de miel, que genera más de 2 millones de euros en circunstancias normales. En la provincia se contabilizan unas 63.000 colmenas, la mayoría situadas en la sierra de Hornachuelos.

Lorenzo Ruiz indica que las últimas tres campañas han sido complicadas por el efecto del clima en las abejas, «por lo que nos genera lo comido por lo servido». Por eso, reclama ayudas para un sector «cuya labor es imprescindible para la biodiversidad del planeta, a la vez que proporciona alimentos de alta calidad».

Esta singular producción es de carácter trashumante, ya que se llevan las colmenas en vehículos por la provincia en busca de la floración de las distintas especies vegetales, como naranjo o matalahúva, para generar distintos tipos de mieles.

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