El valor económico de estas denominaciones se estima en torno a los 469 millones de euros, con un incremento del 2,6% respecto del año anterior, según los datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Respecto a esto último destaca especialmente las denominaciones de origen del vino y del aceite de oliva, cuyo valor económico asciende a 150 y casi 110 millones de euros, respectivamente. Andalucía es en la actualidad una de las regiones con mayor número de figuras de calidad de la Unión Europea. Un total de 67 avalan la calidad diferenciada de los productos andaluces, entre las que destacan las de los sectores del vino y del aceite de oliva.

Las figuras de calidad permiten que el consumidor identifique una diferenciación en los mercados de los productos que avalan, pues facilitan información acerca de unos atributos adicionales derivados del cumplimiento de normas que van más allá de las exigencias de calidad comercial o estándar. Los atributos de calidad diferenciada pueden ser de distintos tipos: vinculados a su origen geográfico, derivados del método utilizado para su producción o la elaboración o relacionados con el respeto al medio ambiente, entre otros. Las DOP e indicaciones geográficas protegidas (IGP) designan alimentos cuya calidad, características o reputación está vinculada a un origen geográfico concreto.

La Consejería de Agricultura cuenta con distintas líneas de ayudas relacionadas con regímenes de calidad, como las que se conceden a la promoción de los productos con calidad diferenciada, a los consejos reguladores para la mejora de la gestión y el control de las DOP y las IGP o las de promoción de vinos en mercados de terceros países.

Según los últimos datos correspondientes al 2019, el número de industrias agroalimentarias era de 6.572, un 22% del total de la región, experimentando un importante aumento del valor de producción, en el volumen de negocio y en el número de ocupados.