El éxito de la presión vecinal

En 1995, la unión de los vecinos de Fuente Carreteros mediante tres meses seguidos de concentraciones consiguió paralizar la obra de una planta de gas cercana al pueblo.

Diego Ballesteros y Valeriano Ruiz fueron dos de los 700 vecinos de Fuente Carreteros -prácticamente todo el pueblo- que formaron parte de las manifestaciones de protesta por la construcción de una planta de gas en 1995, que finalmente no llegó a ejecutarse. El ocultismo sobre el desarrollo del proyecto por parte del Ayuntamiento de Fuente Palmera y de la empresa concesionaria de la explotación, Nuelgas, fueron los motivos que llevaron a los vecinos y a los representantes municipales de Fuente Carreteros a la movilización masiva. En ese momento, el núcleo colono ya poseía ayuntamiento propio y estaba declarado como Eatim (entidad de ámbito territorial inferior al municipio) desde 1990, habiendo iniciado la lucha por reclamar sus competencias, la cual continúa a día de hoy para convertirse en municipio de pleno derecho.

La historia se remonta al año 1988 cuando comenzaron en una finca de Fuente Carreteros unas prospecciones de gas natural a cargo de tres empresas concesionarias de las perforaciones, las españolas Ciepsa (del grupo Cepsa) y Repsol, y la canadiense Canadien. Se hicieron dos pozos, uno de ellos en término municipal del núcleo colono y otro en el término de Écija. Los trabajos iniciales consistieron en determinar si había gas -como así fue- y si el proyecto sería rentable para decidir extraerlo y levantar en una zona contigua la planta de transformación. Ballesteros y Ruiz, que por entonces eran primer teniente de alcalde y presidente de la asociación de vecinos, respectivamente, señalan que estas decisiones «se tomaron sin contar con el pueblo y sin pedir ningún permiso en nuestro ayuntamiento, nos querían llenar nuestro término de tuberías de gas y construir la planta fuera de nuestra linde, todo ello sin ningún beneficio para nosotros y con otros intereses particulares ocultos. Es decir, nos dejaban el peligro de los gaseoductos».