Sin "caridad" y "generosidad sincera" no habrá "una buena solución de la crisis". Ese fue el único mensaje político que pronunció ayer el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Antonio Maria Rouco Varela, durante el discurso que abrió la asamblea plenaria que esta semana celebran los obispos. El cardenal arzobispo de Madrid afirmó que han sido precisamente ciertas "costumbres" las que están en el origen de la actual situación y sin cambiarlas no será posible revertirlas.

"Es necesario apartarse de la codicia que da alas a la ilusoria identificación de la felicidad con la mera acumulación de bienes, a la búsqueda irresponsable del enriquecimiento rápido, así como a la cultura del endeudamiento exagerado", subrayó Rouco Varela, que fijó como objetivo "crear un verdadero espíritu de cooperación y concordia entre los actores políticos y sociales, condición para afrontar las reformas con altura de miras y espíritu de sacrificio", según las palabras del cardenal.

RESPUESTA DESDE EL PSOE Tras las declaraciones del cardenal, la vicesecretaria general del partido socialista, Elena Valenciano, no tardó en replicar al máximo dirigente de los obispos españoles. La dirigente socialista instó a Rouco a "aplicarse su propia reflexión" porque la Iglesia, en su opinión, "podría echar una mano para salir de la crisis más allá de lo que hace como propia institución".

Por otra parte, el Papa ha nombrado al nuevo cardenal español Santos Abril y Castelló miembro de tres dicasterios vaticanos o instituciones que componen la Curia o gobierno de la Santa Sede: la Congregación para las Causas de los Santos, la Congregación para los Obispos y la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Desde febrero pasado, el Vaticano cuenta con 10 cardenales españoles: Rouco, Francisco Alvarez Martínez, José Manuel Estepa Llaurens, Ricardo Carles Gordó, Eduardo Martínez Somalo, Julián Herranz, Carlos Amigo Vallejo, Lluís Martínez Sistach y Antonio Cañizares Llovera.