Córdoba es uno de los mejores lugares del planeta para contemplar las estrellas. No se trata de una valoración subjetiva o de un repentino ataque de amor a la patria chica, es lo que certifica la Fundación Starlight, creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Consultora Corporación 5, y avalada por la Unesco y por la Organización Mundial del Turismo.

La fundación, que ofrece «a la sociedad una manera diferente de valorar el cielo estrellado», tiene un sistema de certificaciones creado para «generar economía en territorios eminentemente rurales, contribuyendo a la lucha contra la despoblación y desarrollando el turismo de las estrellas o astroturismo». Y junto a ello cuida del patrimonio científico y cultural y «salvaguarda el hábitat de un gran número de especies que necesitan de la oscuridad de la noche para su pervivencia», según señala la propia entidad.

De las diez zonas starlight que existen en el mundo dos se encuentran en la provincia de Córdoba. La Sierra Morena cordobesa logró la certificación en 2013 y en 2016 fue el Valle de los Pedroches.

Requisitos 'starlight'

Lograr hacerse con esta distinción es una tarea complicada, ya que los distintos territorios que aspiran a convertirse en zona starlight deben cumplir con estrictas condiciones. Condiciones que pasan por valorar la calidad de los cielos nocturnos, es decir, comprobar que mantienen las condiciones de oscuridad óptimas para la observación y el estudio del universo, una cualidad difícil de lograr debido a la elevada contaminación lumínica que padecen muchos núcleos de población.

Cielo estrellado desde el santuario de la Virgen de Luna. Foto: A.J. GONZÁLEZ

Para ello es necesario realizar un elevado número de mediciones, de informes y de análisis técnicos que constaten que la zona cumple con los cánones de calidad exigidos por la fundación.

Además de todo ello, la entidad valora «la presencia de infraestructuras turísticas para que se pueda desarrollar el llamado astroturismo o turismo de las estrellas», así como la riqueza de su patrimonio cultural y natural, tal y como recoge la Guía Astronómica publicada recientemente por la Diputación de Córdoba.

La Sierra Morena cordobesa forma parte, junto con sus homónimas de Jaén, Sevilla y Huelva, de la mayor reserva starlight del planeta, «con más de 320 kilómetros de longitud desde la frontera con Portugal» hasta las estribaciones de la jienense Sierra del Segura. En la zona cordobesa recorre los municipios de Montoro, Obejo, Adamuz, Villaharta, Espiel, Villanueva del Rey, Villaviciosa de Córdoba y Hornachuelos.

Por su parte la reserva del Valle de los Pedroches engloba a las 17 localidades que conforman la comarca situada más al norte de la provincia y se zambulle de lleno en la mayor dehesa continua del mundo y una de las mejor conservadas, «constituyendo un patrimonio natural de incalculable valor».

Cielo estrellado desde el santuario de la Virgen de Luna. Foto: A.J. GONZÁLEZ

A lo largo de los distintos recorridos se reparten numerosos emplazamientos idóneos para la contemplación de las estrellas, lugares de reunión habitual de expertos y de aficionados a la astronomía ubicados en plena naturaleza y alejados de las interferencias y distracciones propias de la vida urbana.

Es en esos lugares donde se aprende a mirar al universo, a distinguir cada destello, a descubrir las constelaciones y a disfrutar del silencio y del espectáculo que ofrece, cada noche, la bóveda celeste.

Por eso, especialmente en las cálidas noches de verano, las sierras y valles del norte de la provincia de Córdoba miran al cielo porque saben que aquí, de madrugada, es capaz de derramarse en infinitas estrellas.