-Eres aún la ‘Niña’ o ‘La Rosarito’, y ya pasas de las 73 ‘primaveras’, pero tu simpatía, tu belleza, tu aspecto juvenil y ganas de vivir justifican que no te quitaremos nunca ese apodo. Yo siempre te veo igual, coqueta, más ‘arreglá’ que un pincel, más recta que una vela, aunque una vela corta, eso sí, pero ya sabemos que en lo pequeño siempre está la esencia y cuanto más grande la rama, antes se troncha. -Eres hija única, pero no te faltan ‘Calesos’ a tu alrededor que te consideran tanto o más que una hermana. No has sido nunca madre, pero has ejercido como tal con los cuatro niños que has convivido y ayudado a criar. Carlitos, Joaquín, Patricia y José Manuel te quieren tanto como a sus propios padres. -Te quedaste huérfana hace ya mucho tiempo, pero no te faltaron padres adoptivos para llevarte de la mano y compartir contigo todo lo que has vivido durante todos estos años. Ahora te has ido en busca de algunos de ellos. Seguro que ya has encontrado a todos donde tú querías, donde tus creencias religiosas te hacían soñar y luchar cada día un poco más para alcanzar el ‘paraíso’ de los cristianos. -Fe, esperanza y caridad nunca te han faltado, lo mismo que comprensión con los que no profesamos tu catolicismo. Eres transigente con todos, comprensiva hasta con los que algunas vez te habrán ofendido con sus opiniones, a los que siempre has soltado una sonrisa antes de ponerte de nuevo a rezar por los tuyos y también por ellos. -Llegaste al mundo en los años del hambre y las penurias en aquella España devastada y machacada por los que se hacían llamar sus ‘salvadores’. No en vano te criaste en un lugar muy significativo de la época, la ‘Plaza del Hambre’ de La Carlota, pero pronto aprendiste a darle bocados al aire si hacía falta para seguir adelante y las cosas comenzaron a cambiar para tu familia y para la mía, que no son lo mismo en el Registro Civil, pero como si lo fueran. -El destino intentó pararte en seco cuando una parte de tu cuerpo se negó a seguir dándote vida, pero uno de esos ángeles terrestres, que todos los dioses del mundo guarden siempre en su gloria, te cedió su fuerza para salir de un hoyo donde ya no se divisaba ni el fondo. Ahora seguro que ya le habrás dado las gracias y estaréis compartiendo muchas otras cosas. -‘Rosarito’, que no quiero entretenerte más, porque seguro que estás muy ocupada en repartir sonrisas, saludos y cariño con todo el mundo que conocerás allá donde te encuentres, pero sólo te quería recordar que estés donde estés, sea el tiempo que sea o hagas lo que hagas, siempre serás ‘La Niña de los Calesos’. Va por ti, guapísima!!!.