En la parroquia de Santa Marina tuvo lugar ayer por la tarde la misa de corpore insepulto por el alma del matador de toros Florencio Casado El Hencho , fallecido el día anterior. La respuesta del mundo del toro, como muestra de cariño al compañero ido, fue rotunda. La iglesia se llenó de toreros, familiares y aficionados que quisieron despedir al valeroso torero cordobés.

Cuando llegó el coche fúnebre portando sus restos mortales, el ataúd fue portado por toreros cordobeses, yendo a la cabeza Gabriel de la Haba Zurito , padrino de su alternativa, y Fernando Tortosa, testigo igualmente de la ceremonia doctoral, y le ayudaban en este último paseíllo otros compañeros. En la presidencia de la misa se encontraban la viuda, Manuela Rodríguez, flanqueada por sus cuatro hijas y su único hijo varón Manuel, que hizo sus pinitos en el mundo del toro y acabó cuajando como un pundonoroso banderillero.

La representación taurina fue muy numerosa, pues a los matadores ya mencionados, Zurito y Tortosa, hay que sumar a los también matadores Manuel Rodríguez, José María Montilla, El Puri, Paco Asensio, Fernando Sacromonte, Alejandro Castro, Rey Vera y los hermanos Manuel y José Romero, añadiendo un buen número de novilleros y subalternos, no faltando tampoco la Federación Provincial Taurina representada por su vicepresidente Domingo Echevarría, así como miembros de numerosas peñas taurinas y gente del toro en general. Una despedida digna de un gran torero. En este último y sentido adiós, la Córdoba taurina ha despedido con sentimiento a un torero que peleó por alcanzar la gloria y que paseó el nombre de la ciudad con dignidad y orgullo.

Terminada la ceremonia religiosa volvieron los toreros a sacar a hombros el cuerpo yacente del diestro, cuyos restos mortales serán incinerados.