Casi 17 años después de que debutara en Almedinilla y un mes antes de que se cumplan los cuatro años de su doctorado en Jaén, el matador de toros prieguense Curro Jiménez ha cambiado el oro de su chaquetilla por la plata que caracteriza el terno de los subalternos. Una decisión que, como indicaba Jiménez, "no he tomado de la noche a la mañana", ya que a principios de esta temporada ya barajó la posibilidad, pero la reapertura de la plaza de Priego, posteriormente la corrida de Miura y los catorce festejos en los que ha actuado en Perú hicieron que esta se pospusiera hasta hace unos días.

Fue su gran amigo David Fandila El Fandi el que, tras verlo bregar con mucha soltura a varios toros en el campo, le planteó la posibilidad de formar parte de su cuadrilla. Propuesta que Curro ha madurado desde el pasado invierno decantándose ahora por ella, ya que con 28 años recién cumplidos y el "difícil panorama" al que se enfrentan los toreros de sus características, "es la única oportunidad que ahora tengo de seguir vinculado a este mundo", confesaba Jiménez.

Pero, ¿qué ha ocurrido para dar ese paso? En este sentido Curro es determinante al calificar la temporada en Perú como "el último cartucho que me quedaba", indicando sentirse "muy defraudado" al no haber conseguido ninguna repercusión tras las comentadas actuaciones en la reapertura de Las Canteras, o las dos orejas ganadas a pulso ante los miuras , que como apuntaba el prieguense, "no me han servido para nada", por lo que su desencanto ha ido en aumento y la decisión de convertirse en subalterno iba ganando enteros día a día.

Se inicia ahora una nueva etapa, "que me ilusiona", confesaba sin rubor Jiménez, "ya que me permitirá pisar las más importantes plazas de España y las grandes ferias, vestirme todos los días de torero y tener un contacto casi diario con el toro", afirmando que ello que no quita para que algún día "pueda confirmar en Madrid".

Y haciendo gala a su personalidad, Curro Jiménez no puede olvidarse del apoyo que tantas personas le han prestado, gracias al cual, como indicaba emocionado, "he llegado hasta aquí".