Alguien dijo ayer que el secreto de la supervivencia de Diario CORDOBA es que siempre ha tenido la mirada puesta en el futuro. Precisamente, ése es el lema de este aniversario. Sin embargo, también es cierto que cada vez que mira al futuro echa la vista atrás. Aunque solo sea para tomar perspectiva e intentar no repetir los mismos errores. Cuatro de los directores que en esta larga andadura han llevado el timón de este diario se reunieron ayer para recordar algunos párrafos de la historia no escrita del periódico, la que guardan en su memoria. De esta forma, Juan Ojeda, el que fuera primer director de la democracia, recordó que empezó su andadura "el mismo día que dimitió Suárez" y días antes del intento de golpe de estado de Tejero. Según su testimonio, fue una época difícil en la que "la ilusión pudo más que los miedos", en la que los periodistas pasaron de la censura a la libertad absoluta. Con Manuel Gómez Cardeña, Diario CORDOBA se convirtió en el único periódico de la ciudad, lo que obligó a hacer un esfuerzo "por establecer una línea informativa equilibrada y plural" que recogiera todas las sensibilidades. Con Antonio Ramos se produciría el tránsito tecnológico de la Olivetti al ordenador, tránsito que fue posible "gracias a la plantilla de profesionales con la que contaba", recalcó.

Por último, Alfonso Palomares, que aterrizó en la dirección del periódico al inicio del nuevo milenio tras dirigir un equipo de mil periodistas en la Agencia Efe, recordó la intensidad del momento que le tocó vivir a costa de "las tensiones existentes entre el obispo, la Junta y el presidente de Cajasur". Con la ilusión de un becario, llegó a Córdoba y al CORDOBA que, según dijo, "hizo que convirtiera esta ciudad en la segunda capital de mi memoria sentimental".