El alcalde de Córdoba y candidato del PP, José Antonio Nieto, ganador de las elecciones municipales de ayer, aunque sin la mayoría absoluta que obtuvo hace cuatro años y al que un tripartito de izquierdas, compuesto por PSOE, Ganemos e IU, podría desbancar al frente del Ayuntamiento, apeló anoche a la "responsabilidad", ofreció "diálogo a todos" los partidos políticos y reclamó que, al igual que "a nivel autonómico", prime el criterio de que gobierne la lista más votada.

"¡Hemos vuelto a ganar las elecciones!", proclamó Nieto ante militantes e interventores del PP reunidos en el hotel Hesperia, aunque sin una euforia convincente por mucho que sus palabras fueran interrumpidas a los gritos de "¡alcalde, alcalde!". Los resultados, sin duda, no eran para echar las campanas al vuelo. Había victoria, pero agridulce, o lo que es lo mismo, alejada de esa "mayoría suficiente" que el propio Nieto llevaba reclamando toda la campaña. Además, desde el 2011 se habían quedado en el camino 28.717 votos y cinco concejales, después de cuatro años en los que "probablemente algo no habremos explicado bien a los ciudadanos --dijo como única autocrítica-- o algo habrá influido ese ambiente general que en los últimos meses ha cambiado radicalmente la realidad política de España".

Pero como "esa es la realidad y hay que aceptarla", admitió, de inmediato puso la mirada en lo que está por venir. Así, y aunque en un par de ocasiones pareció traicionarle el subconsciente --"he tenido el honor de ser alcalde", dijo en pasado antes de afirmar que "me voy en un momento en el que tengo la absoluta seguridad de que la ciudad ha avanzado"; "no me voy, no me voy", rectificó enseguida--, Nieto apostó por mantener el Ayuntamiento. "Hemos gobernado en una situación muy adversa en lo económico y ahora estamos dispuestos a hacerlo en una situación muy adversa en la matemática política", aseguró. Por eso, y a pesar del complicado escenario, afirmó que el PP "puede gobernar en Córdoba" desde una mayoría "importante respecto a los siguientes partidos", haciendo que "el diálogo y el entendimiento sea lo que prime" en los próximos cuatro años. En esa línea, insistió Nieto, "le abro esa posibilidad de diálogo a todos los partidos políticos", se mostró confiado en la "responsabilidad" del resto y reclamó que "los criterios que valen a nivel autonómico sirvan a nivel local", de modo que "quien defiende que el que gana las elecciones tiene que gobernar también lo haga en Córdoba". Eso sí, consciente de que no cuenta con la posesión del balón --en un símil futbolístico que luego él mismo utilizaría--, advirtió de que esa posibilidad se daría "si se pone por delante el interés de la ciudad; si no, serán otros los que tendrán que explicarlo" porque en el PP "estamos preparados para gobernar". El panorama, no obstante, parecía vislumbrarlo ya algo oscuro. "Tenemos que afrontar el futuro con la misma gallardía, el mismo honor y valentía" de estos años, advirtió a los suyos. Y concluía: "Nos tocan unos días intensos, unas jornadas difíciles, pero creo que vale la pena jugar este partido e intentar que el cambio siga presente en Córdoba y que esta ciudad despegue como se merece".