Si hay un diagnóstico en el que coinciden las organizaciones sociales es el de la intensidad de la demanda de ayuda por parte de los cordobeses. Con independencia de la percepción sobre la tendencia que sigue el número de beneficiarios, las entidades consultadas confirman que aún se cuentan por decenas de miles y los servicios que se le prestan son muy dispares: desde la alimentación para toda la semana a la ropa escolar de los hijos o espacios de encuentro para que compartan sus vivencias con otras personas.

El presidente del Banco de Alimentos Medina Azahara, Carlos Eslava, afirma que la tendencia apunta a un mantenimiento o una reducción del número de asistidos, de acuerdo con las solicitudes que les presentan las entidades. También detalla que, debido a un cambio introducido recientemente, los alimentos que proceden de la comunidad europea (que representan, aproximadamente, el 35% del total de los que reciben) solo son entregados a personas que han sido evaluadas por un trabajador social, y el número de beneficiarios se ha reducido de los 38.348 de la última fase del 2014 (octubre) a los 28.706 de la primera fase del 2015 (julio), una diferencia en la que ha influido la decisión de algunas entidades de no realizar los nuevos trámites (por lo que quedan fuera). Además de este programa, cuentan con una línea de actividad de frutas y hortalizas (que ha bajado al emplear el mismo criterio), y con la labor del Banco de Alimentos (operaciones kilo, aportaciones de empresas...) que prácticamente se mantiene.

De otro lado, el director provincial de Intervención Social de Cruz Roja, Germán Ayala, afirma que "no hemos notado diferencia" en la demanda de ayuda que realizan los cordobeses y recuerda que durante el año 2014 su programa de extrema vulnerabilidad atendió a 21.136 personas. En esta organización facilitan a las familias el pago del alquiler y de suministros básicos, la orientación para el empleo, ropa escolar y otros servicios como los espacios de encuentro para que interactúen con otras personas. Germán Ayala detalla que los ciudadanos que piden ayuda suelen vivir un proceso de varios años por el que primero pierde el empleo un miembro de la pareja, luego, el otro, después agotan las prestaciones públicas, tras esto se acaba el apoyo familiar o vecinal y, a partir de ahí, tienen que recurrir a entidades asistenciales.

Por último, en el Comedor Trinitario su director, Eduardo García, apunta que el número de personas atendidas varía de acuerdo a la época del año y en verano ha descendido, aunque en los primeros meses del 2015 la demanda fue "bastante alta" y recibieron cada día a unas 90 personas. García avanza que este año, por primera vez, el comedor abrirá todo el mes de agosto de lunes a viernes, y el servicio de ropero y ducha se realizará dos días a la semana. Este comedor atiende de forma permanente a diez familias en situación de exclusión con hijos a su cargo, derivadas de los servicios sociales comunitarios del Ayuntamiento de Córdoba, y les facilita comida y ropa.