María del Carmen Delgado tiene 25 años de edad y aspira a trabajar en el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil después de haber estudiado Medio Ambiente. Afirma que «la gente me dice que estoy loca, porque no es lo habitual, siempre suelen ser hombres», pero ella ha decidido romper con el tópico y apostar por un empleo que, además, le puede ofrecer la estabilidad de ser funcionaria.

Asegura que lleva tres años preparándose «y no pararé hasta entrar», y aclara que en este tiempo también le han llamado la atención otros servicios de la Benemérita, aunque sigue optando por el contacto con la naturaleza. En casa, su madre preferiría para ella un trabajo de oficina en el que no se exponga a riesgos, y también teme que se tenga que marchar de su ciudad. No obstante, preguntada por esta posibilidad señala que «lo veo como una oportunidad de conocer otros lugares del país» y se muestra convencida de que quien quiere regresar puede hacerlo. De otro lado, apunta que su padre la ha animado a que apueste por este camino «de verdad» si es el que desea.

En la academia, la mayoría de los compañeros son hombres y solo hay dos o tres mujeres. Sobre el temario, señala que «no es tan difícil» como el de otros cuerpos y cita como ejemplo las policías local y nacional, aunque admite que también «tiene dificultad». Por otra parte, cree que «las pruebas físicas tampoco son de las más difíciles, son medianamente asequibles», y comenta que, según ha podido observar, las flexiones son lo que más cuesta a las mujeres. En su caso, tiene un entrenador particular porque su objetivo es superarlas sin problema. Acerca del ambiente que se respira entre los aspirantes, también apunta que «hay personas que son muy competitivas, pero para mí son compañeros y en la academia serán casi familia». María del Carmen ya ha realizado en dos ocasiones los exámenes y espera conseguir su plaza finalmente el próximo mes de junio.