Córdoba, año 2000. El Palacio de Congresos de la calle Torrijos, propiedad de la Junta de Andalucía, se considera pequeño para las necesidades de una ciudad que aspira a desarrollarse como eje del turismo cultural y de congresos. La posibilidad de ampliarlo --sumando, por ejemplo, la sede de la Filmoteca de Andalucía-- se descarta, y el Ayuntamiento se plantea promover una nueva sede. Son los años previos al boom inmobiliario, los años de los grandes proyectos y --esto es importante-- los años del primer gobierno de coalición IU-PSOE presidido por Rosa Aguilar. El socialista José Mellado, primer teniente de alcalde, es el titular de Urbanismo y, amén de gestionar su área, la convierte en instrumento de diferenciación respecto de IU. ¿Un nuevo Palacio de Congresos? Pues a lo grande. En ese año 2000 se anuncia un concurso internacional de ideas y comparecen los grandes de la arquitectura internacional, entre ellos Rafael Moneo, Cruz y Ortiz, Toyo Ito, Zaha Hadid y Rem Koolhaas. Tras un interesante debate en las exposiciones, fue finalmente el holandés Rem Koolhaas el que ganó el concurso en junio del 2001, y un mes después se anuncia que, mediante otro concurso internacional, se abrirá a la iniciativa privada la construcción del edificio frente al monumento emblemático de la ciudad: la Mezquita-Catedral. La ciudad pone así en marcha su gran proyecto.

Pero el camino que debe recorrer esta iniciativa no va ser fácil. La financiación para la ejecución del edificio lo complica todo desde el principio. En julio del 2002 se abre el concurso para la construcción del entonces llamado Palacio del Sur, mientras que la Junta avisa un año mas tarde de que el proyecto precisa de una modificación del PGOU. En principio, la obra se adjudica a Ferrovial y en noviembre del 2004 se presenta el proyecto básico del Palacio del Sur, cuya maqueta llegó en febrero del 2006 a la exposición de arquitectura abierta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA).

Después llegan las elecciones municipales del 2007 y las andaluzas y generales del 2008 y las promesas electorales surgen de un lado a otro con compromisos de financiación para la construcción del edificio. Las arcas municipales se llenan de esas promesas, pero no de billetes para hacer frente al proyecto, cuyo coste fue subiendo y ya se aproximaba al centenar de millones de euros.

Este montante millonario hace inviable el proyecto. Estamos ya en el inicio de la crisis económica. El gobierno local del 2008 (IU-PSOE) no encuentra financiación extramunicipal para ejecutar la obra y se propone modificar al proyecto original y adaptarlo a las circunstancias coyunturales y a las necesidades de la ciudad. Así, la entonces alcaldesa, Rosa Aguilar, viaja al estudio de Koolhaas en Rotterdam y plantea la reducción. Ocho meses después tiene sobre la mesa una solución más barata (60 millones) para el mismo lugar de Miraflores.

A partir de ahí comienza el periplo para buscar dinero fuera de Córdoba desde ese año y hasta el final del mandato municipal en el 2011. Se logra que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo aporte 10 millones y que la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta participe con otros 18. Pero aun disponiendo de esa financiación, los socios del gobierno de Córdoba no logran sacar a concurso el centro de congresos. Con las elecciones municipales del 2011 llegan nuevas promesas de dinero foráneo. El Ayuntamiento ingresa unos 10,5 millones de los gobiernos central y andaluz, pero esas aportaciones son insuficientes.

Así se llega a los comicios regionales de este año. Pocos días antes de la consulta, Nieto, junto al presidente del PP andaluz y candidato a la Junta, Javier Arenas, y el presidente de CECO, Luis Carreto, da a conocer que renuncia al centro de congresos de Miraflores y que apuesta por adaptar el pabellón de Cajasur del Parque Joyero como centro de convenciones y exposiciones.

Córdoba, octubre del año 2012. Tras los cambios de criterio en el Ayuntamiento, descartado el proyecto de Koolhaas y sin concretar la idea de Nieto de reconvertir el pabellón de Cajasur, la Junta de Andalucía propone ampliar el salón de actos del actual centro de congresos, anexionando un patio del mismo edificio. Al cabo de 11 años de peleas, miserias morales, falta de eficacia en la gestión y zancadillas variadas que han retrasado las actuaciones hasta que la crisis lo ha arrasado todo, la ciudad vuelve a la casilla de salida, al palacio congresual de la calle Torrijos.