Varias compañías aéreas de todo el mundo como Norwegian Airlines, Eihad de Dubai o Easyjet remitieron ayer a sus tripulaciones la instrucción taxativa de que ningún piloto puede quedarse solo en la cabina. Si su compañero debe ausentarse para ir al baño, darse una vuelta o cualquier otra necesidad debe ser sustituido por otro miembro de la tripulación. Fue la primera medida preventiva tomada por las aerolíneas a iniciativa propia tras saberse que el copiloto de Germanwings pudo aprovechar una ausencia del comandante para atrincherarse en la cabina y llevar a cabo su plan suicida gracias a que las puertas de cabina pueden ser bloqueadas por dentro desde el 11-S. Las administraciones aeronáuticas aún no se han pronunciado al respecto, ni Lufthansa ha anunciado que vaya sumarse.

El atentado de la Torres Gemelas impuso los férreos controles de los aeropuertos que tantas molestias causan pero también una protección de la cabina de los pilotos que la convirtió en un fortín inexpugnable. Se trataba de evitar que los terroristas pudieran hacerse de nuevo con los mandos de un avión para usarlo como arma. Para ello no bastaba con blindar la puerta, como se hizo, ni proveerla de códigos para teclear que solo supiera la tripulación, como los que se implantaron. Se estableció también un mecanismo de bloqueo, un mando de tres posiciones, que da a la persona en el interior la posibilidad de impedir la entrada se haga lo que se haga fuera.

Ante la posibilidad de que los pilotos queden inconscientes por alguna razón la mayoría de compañías, entre ellas Lufthansa, según explicó ayer, tienen un sistema que permite la apertura de la puerta si al cabo de cinco minutos de teclear un código no se obtiene respuesta. "Pero esto no sirve cuando el que está dentro no quiere que entres, porque te puede bloquear sí o sí", explica Francisco Cruz, experto en seguridad aérea del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac). Este opina que una vez acabada la investigación de este caso quizás se habilite un sistema alternativo de acceso contra el encierro voluntario.

Mientras llega ese momento, Cruz cree que no es una mala opción establecer que el piloto nunca puede quedarse solo. De hecho los protocolos aprobados tras el 11-S incluían esta medida y así se transmitió a las tripulaciones en los manuales, pero con el tiempo "la mayoría de las compañías lo abandonaron". Solo las de mayor riesgo terrorista como las israelíes o estadounidenses lo mantenían. Iberia y Vueling también, aunque sus reponsables no quisieron dar ayer ningún detalle.

Otras, como Qatar Airwais lo habían reimplantado hace un año tras varios sucesos que alertaron del peligro: la desaparición del MH370 del Malaysian Airlines, una de cuyas hipótesis es un acto intencionado de un piloto; el suicidio de Mozambique, calcado al de los Alpes; y otros casos donde el blindaje puso en riesgo al aparato.

SECUESTRADOR Fue el caso del vuelo de Ethiopian Airlines con destino Roma que el 14 de febrero del año pasado fue secuestrado por el copiloto. Lo desvió a Suiza tras encerrarse en la cabina aprovechando que el comandante había ido al baño.

El blindaje de las puertas también ha dado varios sustos por su complejidad. A un avión de Delta Airlines, por ejemplo, se le averió el mecanismo y no hubo manera de que el comandante pudiera volver a su puesto. Afortunadamente el copiloto pudo aterrizar de emergencia él solo en el aeropuerto más próximo. Un piloto recuerda otro caso en el que un colega japonés confundió el mando de apertura con el del timón de cola. Tuvo que corregir sin el comandante una maniobra que a punto estuvo de acabar en siniestro.